En la actualidad ya se erige en un comportamiento bastante frecuente, y aceptado socialmente, que los matrimonios se diluyen y los componentes de las parejas decidan culminar el recorrido para tomar senderos distintos, aun en los casos en los que se configuró una familia con hijos.
Nadie se sorprende por esos acontecimientos, ni pululan las críticas ni las burlas, pero igualmente duelen y generan una angustia en los pequeños, que de un día para otro deben amoldarse a una realidad distinta. En ese grupo se encuentra Dante Ortega.
El joven de 21 años, que acaba de lanzarse oficialmente como cantante, se animó a revelar las sensaciones que recorrieron su cuerpo, todas las dificultades que germinaron en su ser, cuando Guillermina Valdés y Sebastián Ortega disolvieron su historia de amor.
En este sentido, Dante se focalizó en las consecuencias más graves por la condición de famosos y sostuvo: “Nos pegó un poco... Porque a todos los hijos nos pega, en algún punto, ese cambio rotundo en la vida de nuestros papás. Me pegó que fuese público”.
Claro que comprende que el revuelo mediático no nació de sus padres, y que se vincula con el accionar de los actores de la comunicación, por lo cual agregó: “Pero también creo que no fue culpa de ellos. Porque es algo que se iba a dar: sabiendo que son dos personas públicas, se iba a levantar que se separaron y toda la polémica que hubo”.
Con una muy buena capacidad de análisis, Dante pudo identificar que ni Guillermina ni Sebastián quisieron lastimar a los hijos, por lo cual, en diálogo con Teleshow, exteriorizó: “Nadie tiene culpas acá, ni los papás ni nadie. Cuando uno es chico, como que no entiende esas situaciones: le duele, se encabrona. ‘¿Por qué mis papás se separaron, no se ven?’. Después vas entendiendo que es muy difícil el mundo de los adultos”.
