En medio del éxito televisivo de 100 Argentinos dicen y en un gran momento profesional donde es considerado uno de los conductores del momento, a pesar de tener una agenda ajustada entre grabaciones, pautas en redes y compromisos personales, Darío Barassi hizo un parate en su rutina diaria, armó las valijas y voló a Estados Unidos.
Y fue el propio actor y animador quien, una vez instalado en Nueva York, compartió a través de su cuenta de instagram su estadía en la que, más allá de los paisajes otoñales de la ciudad, la comida y el hotel… llamó la atención el hecho de que estuviera siempre solo, sin su mujer Lucía Gómez Centurión y sin su hija Emilia.
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Detalle que no pasó inadvertido entre sus seguidores, quienes al detenerse en ello no tardaron en preguntarle. Tras recibir varias consultas al respecto, Darío decidió explicar la situación y el motivo de su viaje desde su perfil de dicha red social.
“¿A que vine? Me pregunta mucho la gente y no sé qué carajo contestar. ¿A qué viniste gordo? ¿Placer? Obvio un poco sí, pero son 22 horas de vuelo y me quedo 3 días no más. Así que no sería la respuesta correcta. ¿Trabajo? Yyyy no mientas vaqui...”, escribió Barassi.
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Y, desde su humor ácido característico siguió: “Cierto es que vine a ver una obra puntual para hacer allá. Pero la podía ver en YouTube y listo. ¿Regalo de cumple? Sí, en parte sí, pero también ligué auriculares, gafas y quesos y vinos y gins y libros...Así que tampoco”.
"Necesitaba resetear un poco la máquina. Frenar, agradecer, proyectar. No sé a que vine, pero no me equivoqué", escribió el animador de El Trece.
“¿Y entonces? No sé. Lo necesitaba. Hice chinos con el trabajo y con mi familia y me vine. Agradecido tanto con mi laburo como con mi mujer que es la uno y se acomodó para bancar esta escapada. Necesitaba resetear un poco la máquina”, reconoció el conductor de El Trece.
Y, junto a una selfie de él en Nueva York, Darío cerró: “Frenar un poco, agradecer, valorizar, refrescar, proyectar, caminar escuchando música, comer, ver teatro/bandas/museos y dormir un rato también. No sé a qué vine. Pero vine y no me equivoqué. Menos respuestas y más impulsos a veces”.
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