Dedicado a su paternidad, Darío Barassi capitaliza su tiempo alejado de la actuación. Aunque en las primeras semanas la cuarentena lo preocupó y llegó a pensar que iba a tener que desempolvar su título de abogacía y ejercer para ganarse unos pesos, hoy su actualidad es pro-activa.
Emilia, su hermosa beba de diez meses que ya camina y habla, no solo que lo tiene loco de amor, “embobado” en el mejor sentido de la definición, sino que está feliz de poder dedicarle casi el ciento por ciento de su tiempo.
Como su esposa, Lucía Gómez Centurión, es psicóloga y tiene el triple de pacientes que antes, es el dúctil artista quien no solo cuida a la peque sino que se encarga de los quehaceres de la casa y de las compras
En las últimas dos semanas, lejos de los sets de grabación y más cerca que nunca de las redes sociales, concretó un viejo deseo: entrenar
El artista contrató un personal trainer español, que lo atiende tres veces por semana y con quien sigue sus clases de forma on line. Está súper entusiasmado con la decisión, que venía postergando por su vorágine laboral.
"Las dos primeras semanas de aislamiento me fui al carajo comiendo como un cerdo"
“Las dos primeras semanas de aislamiento me fui al carajo comiendo como un cerdo. Aparte, tengo mucho amigo gastronómico que me pedía el favor de publicitar sus deliveries a cambio de canje de comida, y la verdad es que fue difícil resistirse, me entregué al placer gastronómico. Aparte, eran restaurantes muy interesantes”, contó Darío en diálogo con Paparazzi.
“Pero hace dos semanas que empecé con un personal trainer, tres veces por semanas, y más o menos a comer organizado. Estoy muy contento y entusiasmado con el seguimiento de la actividad física y porque empecé a reacomodarme con la alimentación”, agregó sobre su decisión de cambio de hábitos en pleno contexto de rutina hogareña.