Desde que se separó de Alejandro Fantino, Miriam Lanzoni se recluyó en un contexto cotidiano completamente distinto al que venía acostumbrada, bajando el nivel de exposición mediática y buscando encontrar en la relajación una herramienta elemental para cada su estabilidad espiritual. La actriz, que ni siquiera alzó la voz cuando llegó el momento de la división de bienes por respetar el duelo y además preservar su imagen, viajó al interior unos meses para estar junto a su familia y tomar distancia del show por unos meses, pero jamás renunció a su sueño de seguir progresando profesionalmente.
Al regresar por temas laborales el amor volvió a sorprenderla, esta vez de la mano de Christian Halbinger, un hombre que no guarda relación directa con los medios y que tiene seis años menos que ella. Con el correr del agua bajo el puente, la relación, que en principio se asemejaba más un refugio sentimental para superar el adiós con Fantino que a una experiencia que prometiera una extensa vida útil, finalmente se afianzó.
Pasó el tiempo y hoy, ya consolidados como pareja, se convertirán padres. Lo harán por la vía adoptiva, a través de una fundación que otorga la posibilidad de hacerlo con chicos de Haití. Fue Miriam la que, a decir verdad, tomó la iniciativa. La actriz quiere ser mamá, independientemente de lo que ocurra con Cristian en un futuro.
“Nada me impide serlo por la vía biológica, pero me incliné por este gesto de amor con alguien que me necesita urgentemente. Yo había pedido que sea nena, pero en el formulario se equivocaron y pusieron indistinto, creo que fue por algo. Ya tiene más de un año aunque no sé qué será, yo pedí que no tenga más de seis años para que sea más sencilla la adaptación. Calculo que en nueve o diez meses se va a concretar“, contó Miriam, quien recientemente viajó al país caribeño para completar los trámites que ya inició hace rato.
La demora, según explicó más tarde, responde a diversos factores, no exclusivamente a razones burocráticas o de mala voluntad. “Ya está todo dado, simplemente pasa que ellos viven una realidad muy distinta a la nuestra. Por ejemplo, para sellar los papales se necesita tinta y cuando se les termina, tardan dos meses en reponerla. Calculo que a más tardar en un año finalmente saldrá la adopción”, se esperanzó.
A Miriam únicamente le quedará esperar. Una tarea que ya conoce, pues tras su distanciamiento del conductor de Animales Sueltos, luego de un romance que se extendió largamente, su gran virtud fue precisamente esa. Aguardar, pacientemente, la llegada de un nuevo amor.