Marcelo Tinelli atraviesa el aislamiento obligatorio en las tierras agrestes, y bellas, de Esquel, en pleno paisaje patagónico. Claro que no todo fue color de rosas para el conductor, porque ese traslado a esas latitudes, un par de horas antes de la declaración oficial de la cuarentena, generó kilométricas críticas de todos los ámbitos posibles.
La exposición enorme de todo lo que hace lo indujo al presidente de San Lorenzo a caer en un foco de tormenta de cuestionamientos. Desde analistas políticos a programas de espectáculo, todo el mundo habló sobre el viaje a la provincia de Chubut.
El propio Marcelo ya expuso sus argumentos, explicó las cuestiones que lo llevaron a tomar esa determinación. Incluso su mujer Guillermina Valdés también salió a la arena de las redes sociales para compartir los motivos que pesaron para el viaje.
Tinelli está acostumbrado a recibir detracciones, comentarios negativos y que todo lo lleve a cabo sea objeto de observación. Aunque esta vez parece que la repercusión le pegó.
En las últimas horas salió a la luz una acción super valiosa del líder de Bailando por un sueño. Resulta que Marcelo se acercó a la comunidad de Esquel, un lugar al que visita hace 22 años a partir de comprar un caserón increíble, para ayudar y aportar un granito de arena.
La Revista Hola dio a conocer que Tinelli donó dos mil dólares a la Asociación Cooperadora del Hospital Zonal de Esquel. Incluso se exhibió el documento que efectivizó el acto, en el que se revela que Marcelo determinó que quedará asentado que fue en nombre de su productora La Flia.
Tal como manifiesta el papel, esto sucedió el 20 de marzo, es decir, un día después de aterrizar en la ciudad chubutense.
Un buen gesto, otro más de Marcelo, que siempre pregona la solidaridad y sensibilidad social.