Exitoso, aclamado y valorado en decenas de países. Diego Topa brilla con su luz propia, esa que emana en cada una de sus presentaciones como un excelso animador infantil y que lo catapultaron a lo más alto de visibilidad y el prestigio. Pero antes, tuvo un oficio particular.
El animador infantil visitó la mesa de Juana Viale, en el mediodía del domingo, y en ese contexto describió un hecho de su pasado poco conocido, que se relaciona con otro tipo de profesión, totalmente disímil a la actuación, al entretenimiento y a la producción.
Diego jugó con la nieta de Mirtha Legrand en la cocina, en ese segmento de Jimena Monteverde y puso manos a la obra para realizar una trufas dulces muy divertidas e ideales para los más pequeños en estas épocas navideñas y de verano que se avecinan.
En ese contexto, Viale indagó, a partir de un dato aportado por su producción, sobre el pasado: “¿Topa puede trabajar en una fiambrería?”. Así llegó la revelación de Diego sobre ese oficio: “No saben lo mal que me fue en la ahí, al principio de la carrera uno hace de todo, fue divertido”.
En cuanto a más especificidades de ese singular desempeño laboral, el actor narró: “Fue un super chino, duré tres días”. Ante esa exigua duración, Juana y Jimena quisieron conocer más pormenores y eso activó la profundización del ídolo de los niños y las niñas.
“Me echaron, porque cortaba mal el fiambre”, explicó. Viale lo retrucó: “¿Cómo lo cortabas mal?”. Ante eso, Diego argumentó: “Hay que hacer el desafío de cortar fiambre, el queso te sale bárbaro, el salame también, pero cortar paleta es difícil”.
Y finalmente, Diego admitió el error, o el comportamiento que incidió para perder la fuente laboral: “Se caían y lo comían y me veían por las cámaras. Y en tres días, fue chau chau adiós. Fue hermoso”.