Diego Torres volvió al Movistar Arena hace unas semanas con un show donde conmemoró cada etapa de su extensa y exitosa carrera de más de tres décadas. Con su gran banda y set list de canciones memorables, el artista argentino se presentó ante miles de personas emocionadas que lo ovacionaron al ritmo de cada hit.
Fue una noche llena de sorpresas tanto para Diego como para sus fans. Y es que, el cantante tuvo varios invitados que se subieron al escenario para compartir gratos momentos junto a él. Una de ellas fue su sobrina, la bella y talentosísima Ángela Torres, que cantó junto a Benja (otro de los sobrinos de Diego y primo de Ángela) el tema Las leyes de la vida.
Pero más allá del tierno reencuentro familiar que se vivió, hubo un momento en particular de la presentación que se destacó por el reclamo en vivo de Diego a Ángela. Según parece, la joven no le responde los mensajes que le envía su tío y aprovechó esa noche para echárselo en cara y pasarle factura de forma muy graciosa.
“Gracias por la invitación”, comenzó Ángela luego de su presentación cantando junto a su tío. “Gracias por venir… te estaba esperando… la próxima me iba a enojar”, respondió Diego, que rápidamente desató las risas de la joven intérprete: “Yo también estaba esperando este momento”.
“La verdad es que eran muchas sin vernos, ahora sí. Las ganas de compartir que tenía”, dijo la novia de Rusherking, que encontraba palabras un tanto irónicas pero simpáticas por parte del cantante de Color esperanza: “Sí, por eso justamente te decía”, se excusaba.
“Te quiero”, siguió Ángela a modo de despedida, a lo Diego antes de que se vaya le disparó picante: “La próxima podés contestarme los mensajes también”. Sorprendida por completo, la joven respondió sonrojada: “Ah bueno, no, chau… bueno, soy así, colgada”. “Sí, es un reclamo”, dijo el intérprete no sin antes abrazarla con una sonrisa y mucho amor.
“Igual yo soy incondicional. Yo te espero ahí, siempre, en la puerta”, siguió chicaneando el ex esposo de Débora Bello. La hija de Gloria Carrá atinó solamente a reírse entendiendo el particular humor de su tío, para luego cerrar, ahora sí, con un cálido y sincero “Te quiero”.
