A los 89 años dijo basta. Después de batallar y pelear frente a una neumonía, en la mañana de este martes 25 de junio, Hilda Isabel Gorrondi Sarli se fue de este mundo. Sí, la popular Coca Sarli terminó de actuar. Estuvo internada desde fines del mes de mayo en el Hospital Central de San Isidro, y sus hijos confirmaron su muerte.
Ayer nomás. La Coca nació en la ciudad de Concordia, en la provincia de Entre Ríos, el 9 de julio de 1929. Nunca quiso ser una estrella del cine nacional, y estudió para ser secretaria y modelo (fue elegida Miss Argentina en 1955). Se casó muy joven, pero poco se sabe de esos días. “No quiero contar mucho de mi pasado”, dijo ella.
Después del concurso de belleza, se le abrieron las puertas del espectáculo y ya desde sus inicios su carrera estuvo marcada por la polémica: su debut en el cine fue de la mano de Armando Bo, en 1958, con la peli El trueno entre las hojas. “Aquella película la llevó al estrellato para toda su vida”, recuerdan. La crítica no fue muy buena con ella, pero el público aceptó sus desnudos y se convirtió en un ícono nacional.
Siempre de la mano de Bo, Isabel no dejó de filmar: la siguieron Sabaleros, La burrerita de Ypacaraí e India. “Hacía un éxito tras otro”, agregan los historiadores. Su historia de amor con Armando merece un capítulo aparte, está claro. “Cuando estaban al lado, se notaba que eran felices”, agregan los que los conocieron…
En 1962, fue la primera vez que la Coca dejó a Bo y trabajó con otro director. “No quise hacer desnudos, y se armó flor de escándalo”, recordó Sarli, quien llegó a ser tapa de la revista Time en los Estados Unidos, donde fue contratada por Columbia Pictures. Su mayor logro en aquel país fue la película Fuego, que logró recaudar más de un millón de dólares en USA, toda una bomba para esos días.
En la Argentina, Isabel seguía siendo sinónimo de taquilla y sus trabajos se multiplicaron tanto que llegó a filmar en Francia, Japón, China y Africa, donde filmó La diosa virgen en Sudáfrica. “Se trajo un mono de contrabajando”, dice una anécdota de la época. En esos días, Sarli fue censurada en nuestro país y casi era imposible ver sus películas en los ’70.
En los ’90, de la mano de Nito Artaza, regresó al teatro grande: hizo una temporada en Mar del Plata con una obra que llamaron Tetanic, que se cansó de cortar tickets. Fue distinguida en todo el mundo, pero el premio mayor quizás haya sifo en el Lincoln Center de Nueva York. Una de sus últimas charlas se las dio al genial John Waters, y aquí se puede ver…
A los 89 años se fue un ícono del cine nacional.
La imagen por la que será recordada toda su vida.
El amor de Isabelita la acompañó hasta el último momento.
Isabel y Armando Bo, inseparables.
Siempre jugada...