Si bien el clima entregó una tregua y las temperaturas no fueron tan altas como en la víspera, donde cruzaron la agobiante y temida frontera de los 40 grados, las muestras de dolor y el sentimiento de resignación sí fueron en aumento cuando los familiares y los amigos más cercanos del músico Martín Carrizo se acercaron entre la mañana y el mediodía de hoy hasta una casa velatoria para brindarle un sentido y respetuoso último adiós.
Martín Carrizo, para muchos el mejor baterista que dio el rock nacional en las últimas dos a tres décadas -lo consideró de esa manera, por ejemplo, el Indio Solari-, falleció en la madrugada de ayer martes 11 de enero después de dar una larga y desigual pelea contra la ELA, la esclerosis lateral amiotrófica. El tratamiento incluyó un pasaje por los Estados Unidos que duró alrededor de un año. Luego, sus costos hicieron que se volviera imposible afrontarlo, y él pegó la vuelta.
La titánica pelea de Martín y los incontables esfuerzos que hizo su hermana Cecilia Caramelito Carrizo para juntar dinero y ayudarlo, conmovieron a buena parte de la sociedad y movilizaron a un sinfín de gente a que aportara su granito de arena, sobre todo en lo económico. La gigantesca movida, además, ayudó a concientizar acerca de una de esas dolencias de las que "se habla poco" en los medios de comunicación.
La ex conductora infantil llegó hasta la casa velatoria Zuccoti en compañía de un familiar adolescente. Tenía el gesto triste, lógicamente, caminaba despacio, llevaba una carterita en sus manos, un barbijo negro, un saquito de mangas tres cuartos del mismo color, zapatos al tono y un pantalón que no le cubría todas las piernas de un estilo animal print. Saludó a la prensa, pero prefirió no hablar del tema.
Carrizo tenía 50 años, y le diagnosticaron ELA en el mejor momento de su carrera. El ambiente de la música se organizó de una manera pocas veces vista para ayudarlo. La movida que armó su hermana, que recorrió infinidad de medios para pedir una colaboración a la gente -por más pequeña que fuera, le servía- permitieron llevarlo a los Estados Unidos para encarar un tratamiento que se aplica allí.
Algunos resultados iniciales fueron levemente positivos, pero el costo del tratamiento y de la estadía en el país del norte se hicieron imposibles de sostener. Caramelito dejó todo en Buenos Aires, postergó cada una de sus obligaciones profesionales, y viajó para acompañarlo y estar junto a él. Las imágenes de hoy confirman que estuvo al lado suyo hasta el último día, o hasta el último minuto.
IMAGENES: CARLOS GONZALEZ