Donato De Santis es un personaje muy querible, con su tonalidad peculiar, su cadencia al hablar y la simpatía que siempre irradia. También suele infligir en una sinceridad brutal, no se guarda nada de lo que siente y a veces le puede causar algún dolor de cabeza.
El chef italiano vivió días movidos por su intervención en la mesa de Mirtha Legrand, cuando la visitó con la conducción de Juanita Viale. En esa edición dijo: “Perdón, quiero agradecerle a Juana porque yo me he sentado a esta mesa varias veces, pero por primera vez puedo hablar”. Esa frase provocó un revuelo y cierto malestar en la diva. Incluso, había surgido una versión que refería a que Mirtha estaba muy preocupada porque la hija de Donato había regresado de Italia y esa situación le generaba preocupación por un contagio.
Intrusos fue en busca de De Santis y armaron un móvil muy divertido desde las entrañas del hogar del cocinero. Con su sonrisa habitual, el italiano mostró las pastas que le estaba preparando su mujer, así como explicó su versión de todo el malentendido con Mirtha.
En un lapso de la charla, Donato recordó la época en la que cocinaba para Donatella Versace, la mujer del famoso diseñador italiano. Con muchos detalles, De Santis trajo a colación la dinámica de la organización de esas exclusivas comidas, con invitados de lujo. En ese plan, el chef remarcó con mucha gracia, y añoranza, que Donatella le entregaba propinas suculentas, que rondaban los mil dólares.
Esa anécdota construyó el campo ideal para que Jorge Rial, desde su hogar y los panelistas del programa de América TV le trasladaran una pregunta picante. Donato no dudó y contó: “Susana da mejores propinas que Mirtha”.
Claro que después el italiano aclaró que Legrand nunca lo convocó para diseñarle menús en fiestas o reuniones privadas, caso contrario a Giménez.
Podría condenar otra rispidez en puerta para Donato que trabaja en la cocina de los almuerzos más famosos de la TV.