Luego del mano a mano que la China Suárez tuvo con Alejandro Fantino, era inevitable que la actriz volviera a quedar en el centro de las miradas por lo que dijo y omitió. Y mientras analizaban en Bendita lo que había pasado, Edith Hermida dio su opinión y terminó encarnando, digamos, a la "voz del pueblo".
En principio, Hermida dejó en claro que las actitudes de la China no le van. “Las veces que la China estuvo involucrada en determinados conflictos, nunca fue muy buena defendiéndose. A mí me cuesta tener empatía con ella. ¡Es poco empática!”, arrancó.
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Pero, tal vez, lo que más le molestó a la panelista de la actriz fue que dijera en la entrevista que no tiene por qué darle explicaciones a nadie sobre su vida y sus decisiones, sólo a sus hijos Rufina, Magnolia y Amancio, si algún día se las piden.
Sin embargo, el punto que señaló no tenía que ver con saber más sobre sus intimidades, sino con la poca claridad con la que se expresa. “La China, hasta ahora, nunca termina explicando bien las cosas. Y coincido con Marengo en que como es una chica linda y cool, la cuidan bastante”, dijo, en referencia a lo que Rocío planteó en LAM.
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Y Edith siguió con un pedido encarecido: “Para mí tiene que explicarnos al público”. Entonces, mirando a cámara, la periodista subió el tono y le habló directamente: ¡China! ¡Escuchame Sangre Japonesa! Vos… ¿Quién te creés que sos?”.
“A mí me tenés que dar explicaciones… ¡Hace meses que sigo esta novela! Y no me das una explicación. ¡Con sujeto y predicado! ¡Una oración bimembre, mi amor, porque nunca se te entiende lo que decís!”, cerró la morocha, indignada con el estilo críptico de Suárez.