Desborda de simpatía, de buena energía y sobre todo de mucha belleza. Hernán Drago brilla todas las noches en el programa de Guido Kaczka, donde exhibe sus cualidades. Claro que detrás de ese cuerpo esbelto, y ese rostro angelical, también se halla un ser con mucha sensibilidad social.
En sus redes se nota que el modelo dispone de mucha simpleza, que encuentra valor en pequeños detalles y que admira muchas situaciones de la cotidianidad. Pero también se conoció hace poco su costado de involucramiento con fundaciones sin fines de lucro.
En varias ocasiones, y a partir del interés en su figura, Hernán abordó la particular historia de su adolescencia, en la que su físico distaba de su actual. Esa tendencia a unos kilos de más también lo llevó a transitar por el bullying en el plano social.
Respecto a esa época, Drago reflexionó: "Cuando era adolescente, estaba 20 kilos por encima de mi peso. Pero cuando sentí que había llegado al fondo, me propuse salir de ahí. Luché mucho, pero entonces no pensaba en ser modelo”.
Esa anhelo por trabajar, por entrenarse y alcanzar una plenitud con su cuerpo le trajo rápidos desafíos y oportunidades: “Gracias a la fuerza de voluntad, al año estaba trabajando, haciendo una campaña donde promocionaba calzoncillos”.
Hace un tiempo también habló de estas enseñanzas en su Instagram, donde publicó: "Vine de menos diez y llegué a diez como modelo. Ese gordito que fui me enseñó todo: el respeto, a arremangarme, a dejar las excusas de lado. Y ahora sé que siempre voy a luchar por una moda más inclusiva, además de trabajar mucho para cumplir mis sueños".
El cambio de Hernán se erige en una posibilidad, un camino a seguir por muchos jóvenes, a no caer en la depresión y bregar por alcanzar sus deseos.