El pasado lunes, Sabrina, una de las últimas participantes en ingresar a la casa de Gran Hermano logró ganar la prueba del líder y obtener todos los beneficios que eso conlleva. La rubia de que fue mal recibida por sus compañeros, generó polémica a pocos segundos de ingresar y ya se armó la guerra.
Es que Juliana, una de las finalistas de la prueba del líder, denunció que hubo fraude y estalló en bronca al exponer que “Si Sabrina no hubiese entrado, ella sería la líder”. Este argumento fue a comunicárselo a Big Brother que le abrió el confesionario y la escuchó.
“Básicamente, para ganarme a mí, tenés que ser triple doble de riesgo”, sostuvo Furia, que se dedica justamente a ese oficio.
“No es que no me gusta perder pero cuando intuyo que algo no es correcto, me gusta hablarlo: la prueba del líder la gané yo si no hubiera entrado esa persona”, amplió Juliana en su denuncia.
De esta manera, agregó: “Es mi percepción y quiero contártelo. No está bueno, te deja un gusto medio agrio”.
LA BRONCA Y LA IRA DE JULIANA
Después de lo sucedió y de su descargo, la jugadora generó tensión y además intentó quedarse a dormir en el patio, motivo por el que algunas de las chicas le fueron a preguntar qué le sucedía.
En ese momento, llegó a confesar que tuvo ganas de “romper una puerta”. Y cerró: “Es que estoy re loca”.