Sandro de América, o Roberto Sánchez, tuvo infinidad de amores y una multitud de “nenas”, como denominaba a sus fans, que aún lo aman con fervor. Pero, sin dudas, en sus últimos años tuvo una sola gran compañera, Olga Garaventa, quien lo acompañó hasta su muerte, en enero de 2010.
Sin embargo, hace unos meses salió a la luz una noticia que, a once años de la partida del ídolo, volvió a poner el tema de su herencia en agenda. Al parecer, Olga no sería la única viuda de Sandro, sino que hay otra mujer, que viviría en México, que asegura ser su esposa.
A la par de esta bomba legal, surgió la versión de que Sandro, a pesar de que siempre negó haber sido padre, sí habría tenido una hija con esta persona. Todo esto, hoy en manos de la Justicia, puso en riesgo a Olga, ya que su casamiento corre riesgo de ser impugnado.
Con esa tormenta en su horizonte, Garaventa dijo entonces que estaba con problemas económicos para hacerse cargo de los impuestos de la propiedad que le legó su marido, lo que hizo pensar que la casa podría llegar a pasar a otras manos.
Pero, en los últimos días, Olga trajo tranquilidad a los seguidores del artista y dejó bien claro que no está en sus planes vender el hogar que compartieron. Lo dijo en medio de un homenaje que se le realizó al ídolo popular en Boedo, en “El Castillo”, las oficinas del Gitano donde se vieron por primera vez, en 1994.
“Acá entré a trabajar; es toda mi vida, mis emociones. Cada vez que entro, me tienen que echar, es una cosa hermosísima”, dijo Olga al cronista de LAM, en referencia al lugar donde ella cumplía tareas con Aldo Aresi, el representante de Sandro.
Luego, la mujer se animó a hablar de las pruebas de ADN que están en estudio, mientras aguarda los tiempos de la Justicia. “Yo soy una persona muy alegre, siempre con buena onda, muy arriba”, aseguró, y señaló: “Yo no tengo nada que objetar ni decir de ese tema, está todo en la Suprema Corte, esperando que ellos decidan, siempre fui muy respetuosa”.
Y agregó: “Lo de la venta de la casa es mentira; la casa nunca estuvo en venta ni lo va a estar, mientras yo viva. Es costosa de mantener, pero como en todos lados”. “Yo estoy re bien, besitos a Ángel”, se despidió.