Guillemo Favale es de aquellas personas que pueden decirse sobrevivientes, porque el conductor de Argentina en vivo, por C5N, carga con un pasado de adicciones al alcohol y a la cocaína que empezó en su adolescencia y se prolongó a lo largo de años, amenazando con destruir su vida personal y profesional.
De visita en Seres libres, Favale contó su dura historia de caída y superación, y contó que hace casi diez años que no consume, luego de alrededor de dos décadas de vivir al borde del abismo. Un freno que, dijo, recién pudo al comprender cuál era su problemática profunda.
“Antes había podido parar, pero eso era exactamente abstenerse y no es lo mismo que solucionar el problema”, señaló en el programa de Gastón Pauls en el que indicó que estaba cumpliendo ocho años “de la última vez que hice de todo al mismo tiempo”.
El periodista contó que empezó con el alcohol entre los 14 y 15 años. “Después fueron entrando cosas cada vez más pesadas y posteriormente combinándose unas con otras, así durante años, ininterrumpidamente. Estuve en esa situación entre los 18 y los 36 años con una continuidad casi diaria”, dijo en el ciclo de Crónica.
Favale habló de las “secuelas invisibles” que le dejó el consumo, en su caso, una dificultad con los vínculos. Y destacó lo importante que fue para él haberse encontrado de muy joven con una carrera en los medios que, dentro de todo, le dio cierta estructura.
“Agradezco a Alejandro Romay, que me dio una oportunidad en Nuevediario, ahí desarrollé mi personaje televisivo”, contó Guillermo, y explicó que a lo largo de esos años, todos los días tomaba alcohol y luego cocaína después de trabajar.
En este sentido, dijo que “haber sido un tipo estructurado en ese aspecto” le “salvó la vida”. El periodista recordó que llevaba “una doble vida con dos personalidades diferentes”. “Lo tenía estructurado de tal manera que me permitió sobrevivir porque tenía horarios, tenía medidas”, admitió.
Y agregó, sobre su peor momento: “Tomé algunas decisiones muy malas, todas juntas. Y me llevaron a la ruina, en todo sentido, me llevaron a la ruina profesional, económica y afectiva en siete meses. Lo único que me quedó fueron mis padres y mis hermanas”.
Favale contó que sus varios intentos de mantenerse abstemio, “lograba tener ciertos tiempos de estabilidad”. “Pero cada vez que había una caída, que volvía a la pista, me la pegaba con todo”, aseguró.
Ahora, sin embargo, el conductor siente que ahora puede hablar de sus adicciones. “Si no lo conté antes es porque tenía miedo de fallar y de fallarme, de decir algo que después no pudiera sostener”, aclaró, contento de poder compartir su historia y de transmitir que es posible salir adelante.