Un cruce picante con Carmen Barbieri derivó en un testimonio desgarrador de Marixa Balli, que se animó a relatar con lujo de detalles la experiencia más traumática de su existencia, con el episodio que padeció en el marzo del 2000, en el que estuvo al borde de la muerte.
Todo comenzó por el ida y vuelta con la capocómica, que este jueves volvió a ratificar que no fue de su autoría la frase de “mata maridos” que expresó al aire en esa época. Al divisar ese tape en LAM, Marixa se adentró en narrar todo el calvario que sufrió en ese siniestro vial en el que apagó su luz su pareja de ese entonces, Mariano Fischer.
A raíz de este entredicho con Barbieri, Balli optó por contar todo lo que aconteció en ese accidente y así sacó a la luz una suceso paranormal, al menos una circunstancia de difícil comprensión empírica y que se vincula con lo intangible.
“Cuando pasamos el último peaje, y ya le había dicho que disminuya la velocidad, arrancó a todo velocidad y no me miró más, no me escuchaba más”, expresó. Así llegó al punto más singular y estremecedor porque Marixa aseguró: “Me quise tirar del auto. La cabina del auto se congeló, se transformó en un frezzer. Me quise tirar porque sabía que me mataba”.
MARIXA BALLI REVELÓ QUE SINTIÓ EL FRÍO DE LA MUERTE
En ese interín, Ángel de Brito le consultó: “¿Crees que él lo decidió?”. Eso activó en Balli la confesión de una experiencia aterradora: “Siento otra cosa en el auto, sentí ese frío que todo el mundo cuenta. Un frío paralizante, l que dicen el frío de la muerte”.
Para ahondar en ese episodio, la bailarina agregó: “Lo miro y él no me miraba. Yo no podía hablar. Me tuve que tratar muchos años porque no me podía sacar el tema del frio, un psiquiatra experto en accidentes me dijo que todas las personas sienten lo mismo”.
Y para añadir más pormenores de ese roce con la muerte, Marixa expresó: “Estaba paralizada, no me podía mover, no podía abrir la puerta. Me quería tirar”. Y remarcó otra circunstancia espeluznante: “Antes de la curva, me mira y te juro que no era él, cuando él me mira, no era él. Fue surreal“.
