La China Suárez continúa en lo más alto de la opinión pública, porque todos sus movimientos cotidianos se transforman en noticia, en un tema de conversación y sobre todo en una activación para el debate en los medios de comunicación.
María Eugenia protagoniza otro tipo de controversia, ya no como la tercera en discordia que casi puse en jaque el matrimonio de Wanda Nara y Mauro Icardi con esa relación clandestina con el futbolista, que se consumó en las penumbras de una habitación en un hotel en París.
Ahora, la China despierta altísimo interés por su incipiente noviazgo con el joven Rusherking, el mismo que hasta hace unos meses mantenía un vínculo de pareja con María Becerra. Esta relación amorosa se convirtió en un objeto de deseo para la sociedad, por la magnitud de ambas figuras.
En ese contexto, Suárez cayó en las garras de una cobertura exhaustiva de sus vida, dado que hace una semana LAM montó guardia en las afueras de un hotel de Recoleta y la filmó con el trapero en el instante en que descubrían que las grúas de tránsito le acarrearon los autos.
Ese episodio despertó profundos análisis, e incluso originó una serie de posteos de María Eugenia clamando porque la dejan en paz y denunciando que los medios la hostigaban y le ejecutaban una persecución de su intimidad. Un mensaje que también publicó con el mismo tenor Rusherking.
En las antípodas, Florencia Peña también abordó esa experiencia de Suárez a la salida de una noche de pasión con su nuevo novio, pero con un tono totalmente distinto, lleno de humor, de comicidad porque se focalizó en un detalle peculiar.
Con las imágenes de los tortolitos asediados por las cámaras, la conductora de América exclamó: "Para mí la incógnita más grande es, porque ellos son dos adultos, que hagan lo que quieran, es qué llevaba en la bolsa Rusherking cuando salieron del telo. ¡Tanta bolsa!".
Por su parte, Diego Ramos le añadió otro toque gracioso al asunto: "Yo estoy a favor, los dos son dos bombones y se llevan divinos. Y me acordé que, hace 20 años, a mí me pasó lo mismo en la misma vereda. En Callao me llevaron el auto".