Contrariamente a lo que mucha gente cree, la plata "no hizo la felicidad" en el caso de Victoria Vannucci. La ex tenista, modelo, vedette y actual empresaria estuvo casada unos cuantos años con Matías Garfunkel, uno de los hombres más ricos de la Argentina, y al cabo de un tiempo esa abundancia de dinero se tradujo en carencia de alegrías y momentos agradables, a tal punto que hoy recuerda la experiencia de "nadar en guita" con una mueca de disgusto y amargura.
En una explosiva visita que hizo a Socios del espectáculo, Vannucci describió las penurias que le hicieron pasar "los millonarios" con los que convivió tanto en la Argentina como en los Estados Unidos, el país en el que se tuvo que refugiar después de que aparecieran sus fotos junto a Garfunkel como "cazadores furtivos" que habían matado un león en la selva africana.
"Los ricos son un asco" gritó Vannucci sin dudar. La actual emprendedora gastronómica, quien en su momento se convirtió al judaísmo y luego cambió sus hábitos gastronómicos al volverse vegana, sorprendió al ingresar al canal con un look totalmente despojado y alejado de aquel glamour que mostraba en sus épocas donde más que contarlos, a los billetes los pesaba.
"Me hacían sentir lo peor. Las mujeres de la alta sociedad siempre se burlaban de mi y tenían la intención de dejar en claro que yo no pertenecía a ese círculo como ellas. Eran eso. Igual, tengo que aclarar que no eran todas, que al generalizar estoy cometiendo un error. Hubo algunas que me ayudaron y que siempre estuvieron muy cerca mío, pero que no la pasé bien y me las hicieron no tengan dudas" remarcó con énfasis.
DESCARNADO RELATO DE VICTORIA VANNUCCI SOBRE EL CALVARIO QUE PASO VIVIENDO ENTRE MILLONARIOS
Además, Vannucci hizo autocrítica y admitió que "me tengo que hacer cargo de las cosas que hice y de los errores que cometí, y en un momento me dejé llevar por todo eso y ya no fui más la chica de barrio que era y pasé a ser toda una glamorosa que se olvidó de un montón de cosas, y eso fue un error. En un momento hasta me peleé con mi familia. ¡Por favor! El problema y las malas decisiones no eran solo de los demás, sino que yo también tuve gran responsabilidad, por supuesto".
"A ver... para que vean. Yo no sabía una palabra de inglés, por ejemplo. Y Matías había estudiado en Inglaterra, hablaba perfecto el inglés, tenía una gran cultura, y en un punto te esforzás para por lo menos estar a la altura, y la verdad que no era lo que yo sentía ni era lo que me quedaba más cómodo. Por eso también un día decidí cortar con todo eso y tener otra vida. Yo me sentía menos. Las mujeres de los ricos me decían que no era una señora. ¡Pero dejá! Hoy no dependo un solo centavo de un hombre y no soy rehén de nadie" remarcó después.