Anita Álvarez de Toledo es sinónimo de música argentina, del rock, con su talento caminó los mejores escenarios con figuras de enorme envergadura como Gustavo Cerati. Su estilo potente y disruptivo le permitió ganarse un lugar en la escena, además de cultivar amistades profundas con grandes figuras.
La blonda, que estuvo en el último recital del genio creador de Soda Stereo en Caracas, vive un año lleno de emociones. Por un lado, el amor con Alejandro Álvarez, el cantante de la banda Barco, se transmutó en un bello embarazo y la llegada al mundo de Ella, a fines del año pasado. Por otro, en la última semana experimentó la angustia de entregar a su beba a las manos de los médicos para una intervención quirúrgica de alta complejidad para tratar una cardiopatía congénita.
La operación tuvo lugar en Montevideo, dado que Anita reside en Uruguay hace varios años. Con toda la incertidumbre que implica una operación a corazón abierto, la artista compartió sus sensaciones en varios tuits.
El viernes, la también DJ escribió en su cuenta: “Estoy en la terapia intensiva pediátrica del Sanatorio Americano de Montevideo, el martes pasado le hicieron una cirugía a corazón abierto a mi hijita. Tenía una cardiopatía congénita la cual ya sabíamos de su existencia”.
Tras los detalles médicos, Anita exteriorizó todos los sentimientos que la inundaron en este tipo de trance. “Ya pasó lo peor, la recuperación sigue y es importantísima y no podemos quebrar teniendo a nuestra hijita con una cicatriz que le recorre el pecho y todos los cables y vías que tiene en el cuerpo. Quiero tirarme al piso y llorar y que me hagan upa pero esa etapa ya pasó para mi y ahora soy yo la que tiene que hacer upa, apretar los dientes y aguantar las lágrimas”, escribió.
De vuelta a casa
Después de exponer todo este trance complejo, Anita anunció la buena nueva. La íntima amiga de Cerati saltó otra vez a Twitter, pero para contar un desenlace muy feliz. La música posteó un video muy tierno, en el que se retiran del hospital con su pareja y la pequeña Ella, que es la ahijada de Dolores Fonzi.
En esos segundos, Álvarez de Toledo pudo descargar toda la felicidad de haber superado estas espinas en el camino de la dulce beba al grito de: “Nos dieron el alta”.
