Hasta la mañana -gris, destemplada, de a ratos un poco fresca- pareció acompañar el dolor de Adrián Suar al despedir a su madre, Lilian Keller, fallecida ayer a la edad de 74 años, en el Cementerio Israelita de La Tablada. La ceremonia fue corta y muy emotiva.
La inmensa cantidad de gente que se pronunció en las redes sociales apenas conocida la infausta noticia (Lilian era una mujer muy querida, incluso en el ambiente artístico) se redujo, hoy, a un puñadito de personas encabezado por el propio Suar.
Llegaron en un vehículo blanco comandado por el actor y productor. Todos eran miembros de su círculo más íntimo. Aunque hay un relajamiento, la cuarentena no permite, todavía, que se congregue un número importante de personas ante este tipo de circunstancias, lo que quizás agigante la pesadumbre de quienes transitan un momento tan amargo.
En medio de escenas de dolor y angustia, tanto el Chueco como sus acompañantes cumplieron con las normas de seguridad sanitaria impuestas por el período de aislamiento. Todos llevaron puesto el barbijo y los abrazos y las demostraciones de afecto fueron infinitamente más cortas que de costumbre.
Suar se había puesto, además, una gorra oscura, una campera de cuero negra, una remera del mismo tono, jeans azules y zapatillas. Tras el entierro, todos se fueron tal cual como llegaron: a bordo del rodado, otra vez al comando del productor.
Lilian Keller había sufrido un ACV, por el que estuvo internada durante dos semanas. La noticia de su muerte sensibilizó al ambiente artístico.
La actriz Lilian Keller falleció tras permanecer internada dos semanas luego de sufrir un accidente cerebrovascular (ACV). Su verdadero nombre era Clara Kempner, y estuvo casada con el cantante litúrgico conocido como Leibele Schwartz. Nuestras condolencias para El Chueco y toda su familia.
Imágenes: Alejandro Carra