La espera se hizo eterna, pero esta mañana terminó: 1.615 días después, el seleccionado argentino volvió a jugar un partido por un mundial de fútbol. Tras aquella dolorosa derrota 4-3 con Francia que la dejó afuera de Rusia 2018, la albiceleste saltó a la cancha para enfrentar a Arabia Saudita en su debut en Qatar 2022. Y la farándula no podía estar ausente. Igual, por lo que se vio, por la inesperada derrota 2-1 y por todo lo que se sufrió, hubiera sido mejor aguantar un poco más... El dolor agobió a Marcelo Tinelli, a Lali Espósito, a Marley, a Lizy Tagliani, al Pollo Alvarez. Quedan esperanzas, pero la angustia es tremenda.
El majestuoso estadio Lusail, donde caben 80.000 espectadores y al que Lio Messi y sus compas, a pesar de la derrota, esperan revertir la imagen para volver el 18 de diciembre a jugar la gran final del torneo, fue copado por una mayoría de compatriotas que se hicieron sentir y dejaron claro que Argentina "fue local" a pesar de la vecindad de su rival de hoy con el país organizador. Si entre Buenos Aires y Doha hay 13.000 kilómetros y entre Doha y Riad -capital de Arabia- hay apenas 500, ni se notó. No sirvió, pero al menos "ganamos" en las tribunas.
La pasión única en todo el planeta que despierta el fútbol en Argentina, el deseo por ganar un mundial después de 36 años y la confianza que existía antes del partido en La Pulga y en La Scaloneta provocaron que una multitud estimada en 50.000 personas se trasladaran hasta el golfo pérsico. Hasta ahora -y probablemente por todo el torneo- la mayor movilización de un país en el mundial.
Poco a poco, además, fueron llegando los famosos. Que por supuesto se sumaron a "la hinchada" como si fueran uno más, sin distinción de reconocimiento popular ni nada por el estilo. Todos son uno a la hora de poner el pecho y dejar la garganta para alentar a los de Lionel Scaloni. Nada de "yo soy vip" o de "tengo la pulserita que me habilita para entrar a tal lugar". Ni a palos. Y ahora, después de la insospechada derrota contra los árabes, todos juntos también a sufrir.
El primer tiempo deparó sorpresas y alegrías rápidamente. Asombro por el penal medio raro que cobraron a los 9 minutos, desahogo por la gran ejecución de Messi que puso el 1-0, y la frustración de gritar otros dos tantos que fueron anulados por el VAR. ¿Bien? El primero sí, era evidente que La Pulga estaba adelantado. El segundo, quién sabe. Estaba en "orsay" el hombro de Lautaro Martínez. Una "nada" que hizo atragantar el grito un minuto y medio después de soltarlo.
El segundo tiempo fue un terremoto. Una avalancha de sucesos negativos que deajron el mundo, y el mundial, patas para arriba. El 2-1 en contra rápido, la renguera de Messi, los cambios que no cambiaron nada, el interminable descuento y el pitazo final. Ahora, a mejorar rápido y a dar vuelta la historia porque el mundial no perdona y es implacable. Y a seguir alentando, tanto famosos como anónimos.
