Sin dudas, los perros son grandes compañeros de las personas y considerados uno más de la familia en muchos hogares. Por eso, duele tanto cuando uno de ellos se va. Y eso fue lo que le sucedió a Miriam Lanzoni quien transita días de tristeza tras la partida de su mascota.
A través de sus historias de Instagram fue la propia actriz quien hizo un sentido y reflexivo posteo despidiendo al animalito e invitando a disfrutar cada día como si fuese el último. “Si algo me dejó la partida de mi Choquito es qué hay que darlo todo en vida, todo lo hermoso y no guardar para más adelante”, escribió.
Y siguiendo con su mensaje Miru agregó: “Salí ya y deci cuánto amas. Hace la locura más grande por amor, decile a tus viejos gracias, a tus amigos llénalos de amor. Todo viaje en first class bebe”. Y fue horas más tarde y luego de subir momentos de su jornada de grabación del film Antes del adiós que la artista volvió a dirigirse a su perrito.
En la cama y con dos muñecos de peluche, Lanzoni expresó: “Mira, me voy a dormir con tus peluchitos. Con la noviecita caniche tuya y con tu poni. Te mando un beso mi viejo. No se donde estás. Volando. Las estrellaras son tuyas. Estoy cuidando tus peluchitos”.
Horas más tarde del emotivo video de Miriam, Paparazzi se contactó con la actriz quien al referirse a la pérdida de Chocolino, su canino, manifestó: “Triste. Desolador. Choco era mi hijo. 18 años lo tuve. Lo busqué de Chaco, era hijo de una perrita mía. Es chaqueño cómo yo. Mi compañero, mi vida. Fue toda la vida conmigo a todos lados. A filmar y grabar. Ahora que empecé una peli me faltaba algo”
QUE FUE LO QUE LE PASÓ A CHOCOLINO
“El estaba bárbaro, impecable, nunca tuvo un problema. Nadie podía creer la edad que tenía. Se cayó de la cama, una alta mientras estaba jugando y se dio un golpe muy fuerte en la cabeza. Un hematoma. Le dio un ACV, convulsiones y a partir de ahí empezó a decaer”, repasó la actriz el último tiempo junto a su compañero.
Y, siguiendo con su testimonio, Lanzoni sumó: “Las piernudas ya no me respondían y se empezó a hacer pis encima, a tener dolor, gritar. Era irreversible el daño cerebral. Me dio tiempo a entender que el así ya no podía vivir Choco. Decidimos con el veterinario que no podía seguir así y se fue a descansar. Le hicimos un lugar hermoso para que descanse”.
