Amado, respetado, faro en su universo de acción. Con sus cualidades trascendió generaciones y marcó un estilo, un camino en el mundo de los medios de comunicación. Pocos periodistas consiguieron semejante impacto como Jorge Lanata, que falleció a los 64 años de edad.
El multifacético profesional del periodismo no logró superar una infección urinaria, y tras más de seis meses de internación en el Hospital Italiano, con múltiples complicaciones luego que se complicara su cuadro de salud, por las consecuencias de esa afección y otras cuestiones que arrastraba como su condición de diabético y trasplantado (recibió un riñón en 2015).
A pesar del dolor por este desenlace a una edad temprana, Jorge construyó un legado, que permanecerá latente en el acervo cultural del país, merced a sus infinitos aportes como la fundación de diarios y revistas, la publicación de catorce libros y sus innumerables productos radiales y televisivos.
Poseedor de una inquietud innata, Lanata se abrazó al periodismo en la adolescencia, cuando un diario local de Avellaneda, él se crió en Sarandí, publicó varios artículos que redactó para un periódico colegial. Desde ese punto hilvanó pasos evolutivos gigantes en la profesión.
JORGE LANATA FALLECIÓ A LOS 64 AÑOS
Dentro de cientos de particularidades personales, Jorge descubrió a los 56 años que era adoptado, una situación que lo sacudió y lo invitó a la reflexión, aunque no lo impulsó a querer conocer más detalles de sus progenitores biológicos, dado que consideró que era hijo de sus padres del corazón, los que lo formaron y acompañaron en su recorrido.
En lo vinculado con el plano amoroso, Lanata se enamoró en diversas ocasiones y construyó cinco parejas estables y comprometidas, algunas con mayor visibilidad pública que otras. Por eso caminó de la mano de Patricia Orlando (1984-1986), Andrea Rodríguez (1986-1989) con quien tuvo a su hija Bárbara, Silvina Chediek (1990-1991), Sara Stewart Brown (1998-2016) con quien tuvo a su hija Lola; y Elba Marcoveccchio, con quien se casó el año pasado.
Dueño de una personalidad fuerte, que jamás pasaba desapercibida delante de cámara o al frente de un micrófono, Jorge se convirtió en uno de los periodistas más prestigiosos, por eso supo adjudicarse 26 estatuillas del Premio Martín Fierro, así como otros reconocimientos como Premios Tato, Premios Clarín, Premios Éter, Premio Konex, Premios ACE y Premios Fund TV. Hasta recibió una nominación para un Emmy.
El universo del espectáculo, del que formó parte como actor en alguna ocasión, de los medios y la sociedad llora la partida de un personaje disruptivo, que marcó una huella, abrió puertas a un sendero de un modo de hacer periodismo.