Que el modo de ganarse el pan sea hablar de la vida privada de los demás puede no ser ni divertido ni sano para todos los que se dedican al mundo del espectáculo y el chimento. Al menos, no lo fue para Tomás Dente, que luego de años decidió retirarse del rubro y emprender otro camino.
Tras haber aceptado la propuesta para conducir junto a Pía Slapka La tarde del Nueve, un programa familiar de varias horas que va los sábados y domingos, Tomás habló con Juan Etchegoyen y le confió el calvario que vivió hasta que se dio cuenta de que tenía que hacer un cambio.
“La verdad es que hasta hace poco estaba lleno de propuestas laborales, pero yo estuve muy mal el último tiempo; estuve deprimido y medicado y la pasaba mal por mi trabajo”, arrancó Dente, al aire en Mitre Live.
Tomás contó que las alarmas se encendieron en los últimos tres años y el malestar llegó a tal punto que afectó “severamente” su salud. “Eso no me pasaba al principio de mi carrera, era más irreverente, pero entrando más en la adultez sentí que no me hacía bien”, dijo.
“Fue un dilema existencial, porque también uno tiene que comer; yo me sentía mal y no me sentía en mis aguas. Llegaba a casa muy angustiado, y me venía replanteando el hecho de continuar haciendo esto”, continuó.
El hermano de Fernando aclaró que, si bien “el medio te encasilla” y que “es muy difícil salir del ghetto del chimento”, este último año, en Editando Tele (por Net TV) para él fue “una bisagra”, al ser un programa que tiene humor, “más flexible”. “Yo necesitaba desempeñarme en otro rol”, señaló.
“Me di cuenta que me hacía mal, me lo replanteaba, me cuestionaba: ´qué estoy hablando de la gente y de su vida privada, si está separado o no, yo no soy así´. Era una contradicción, a mí me chupa un huevo lo que haga la gente”, aclaró.
La situación, un día, lo llevó a un límite y se le fue de las manos: “Me empecé a sentir mal, a sentir palpitaciones y ataques de pánico, me empecé a sentir triste”. “Yo no soy así esencialmente, no soy una persona que pone su libido en la vida del otro”, dijo.
“Me di cuenta de que mi trabajo me hacía mal. Era una contradicción, a mí me chupa un huevo lo que haga la gente”.
Y cerró: “El trabajo pasa a ser lo principal en tu vida y me sentí acorralado. Finalmente, me llegó una posibilidad para hacer este programa familiar y sano, sentí que era el momento de dar ese paso, porque ya no me veía en el periodismo de espectáculos”.