A los 26 años, Duki es uno de los músicos argentinos de su generación más exitosos y reconocidos en el mundo, sinónimo de talento joven y vive un romántico presente con Emilia Mernes. Sin embargo, Duki sabe lo que es caer bajo, conoció el infierno y salió de él, y hoy puede contarlo.
Así lo dejó en claro el amigo de Bizarrap en una entrevista en la que no ahorró detalles de la pesadilla que vivió durante el difícil proceso para salir adelante del consumo excesivo y problemático de drogas y sustancias nocivas.
“Fue un proceso largo; estuve dos o tres años con recaídas, estaba bien y después era el Diablo”, contó el Duki, que señaló que luego de las drogas, llegaron los ansiolíticos, otro flagelo con el que tuvo que lidiar.
“Lo peor fue engancharme con las pastillas, los Alplax; me despertaba y tomaba dos de un miligramo, ya arrancaba el día y después me fumaba un porro”, recordó el artista, y agregó que en ocasiones mezclaba pastillas con alcohol.
LOS AÑOS OSCUROS DEL DUKI
El ex novio de Brenda Asnicar destacó que para él es bueno poder hablar de este tema abiertamente porque para el adicto no es fácil reconocer el elefante en la habitación: “Mi problema fue que no me di cuenta cuando me volví adicto, hoy hay amigos de 2018 que no puedo ver”.
¿Cómo estaba en esas épocas oscuras? “Me veías y yo no estaba al cien, estaba con la voz rota, afónico. Me dijeron que si seguía así iba a terminar con nódulos, y una afonía crónica”, relató.
“Cada tres meses, cuatro, tenía que hacer un rehab, una semana en la que estaba enfermo, no podía ni comer”, detalló. “No podés meterle nada al cuerpo, todo lo devolvés, vomitás agua, estás con fiebre, transpiración fría, hablando con los demonios”, señaló el músico y cerró, contundente: “Es feo de verdad”.
