Si bien hace mucho que vive en Argentina y gracias a su carisma logró ganarse el cariño de la gente, por otro lado, la brasileña Anamá Ferreira también sufrió en carne propia las burlas, por ejemplo, por su tonada. Fueron años de callar y, públicamente, hacerse la desentendida y mostrar su mejor sonrisa. Por dentro, el dolor le fue dejando huellas.
Sin embargo, eso no fue lo único que padeció. Días atrás, en el marco de la presentación de su libro autobiográfico, Negra guerrera, sacó a a luz el sufrimiento por que el atravesó en varios capítulos de su vida. El momento puntual se remonta a los cuatro años que vivió con una ex pareja que ejerció sobre ella violencia de género.
En una entrevista con Incorrectas, el programa de América, brindó más detalles. “He padecido maltrato, como lo cuento en el libro. Antes nunca lo había contado porque me daba mucha vergüenza. Pero si, tuve una pareja con la que sufrí violencia de género, psicológica y física”.
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Anamá se refirió a Puchi Chávez, un DJ conocido en el mundo de la noche, que tuvo su fama en la década del 80. “Yo había escuchado que era violento, porque cuando lo conocí el salía con otra modelo, muy famosa en ese momento, que también lo sufría. Más adelante, ya los dos solteros, nos encontramos y empezamos a salir”.
Ferriera hizo memoria y recordó que todo comenzó con los celos, que con el tiempo, se volvió incontrolable. “Todo comienza con: ‘¿A dónde vas?’ ‘¿Por qué volviste tarde?’ ‘¿Con quién estabas?’…y yo siempre fui una persona libre, que trabajaba mucho, en ese momento hacía Mesa de noticias, y volvía a las 9 de la noche a mi casa y como él era DJ, a esa hora estaba con todas las pilas, quería hacer cosas, y yo estaba cansada de trabajar todo el día. sufrí bastante y no encontraba salida. Hice denuncias, fui a la comisaría, de todo…”.
“La primera vez que me golpeó fue en la cara, yo justo tenía el desfile de una diseñadora muy famosa y cuando llegué, me lo tapé como pude para esconder el golpe. Uno piensa que nadie se da cuenta, pero la gente si se da cuenta. Cuando vivís situaciones así, necesitas de amigas que te abran los ojos y no una persona que te diga: ‘Bueno, ya va a pasar’. Recuerdo que hasta me amenazó con tirarme ácido, para desfigurarme y que no trabajara más como modelo”.
Anamá pasó por la pista del Bailando en 2018.