La psicología dice que los duelos por una muerte duran, como mínimo, un año, el período en el que se cumplen todos "los primeros días" sin el ser querido que partió. El primer cumpleaños, las primeras fiestas de fin de año, el primer día de la madre o el padre, el primer aniversario. Gianinna Maradona perdió a su papá hace menos de un mes, así que recién esta empezando a transitar ese proceso. Pero en medio del dolor sacó fuerzas para recordar un gran momento y posteó la última foto que se sacó junto a Diego, su mamá y su hijo Benja. Emocionante.
En la imagen se puede observar un Diego Armando Maradona entre sonriente y sereno. Esta vestido con una campera azul y recostado sobre un sillón de un cuerpo negro. A su lado están Gianinna, también dichosa y plena, Claudia Villafañe, que mira a cámara esbozando una sonrisa, y un cada vez más grande Benjamín Agüero Maradona, el nene que Gianinna tiene con el Kun Sergio Agüero. A él también se lo ve muy contento.
La imagen de armonía familiar contrasta de forma notable con lo que fueron los últimos años de la relación de Diego no solo con Claudia sino también con sus hijas, Dalma y Gianinna, con las que entró en un doloroso y extraño cortocircuito después de que dijera y jurara que las nenas eran la luz de sus ojos. Es una foto, coincidimos con la hija del 10, para atesorar toda la vida.
Gracias por ser siempre tan Babu y tan Tata" escribió Gianinna en sus historias de Instagram. Así llamaba Benja a Diego y le dice a Claudia respectivamente.
"Guardo para siempre este día. Los amo" escribió Gianinna en sus historias e Instagram acompañando la frase con un corazón rojo. Más abajo, visiblemente sensibilizada por el momento que atraviesa, esribió "Gracias por ser siempre tan Babu y tan Tata". "Babu" es como le decía Benja a Diego. "Tata" le dice a Claudia, quien lleva con orgullo esa especie de "seudónimo" que incorporó de grande.
En el círculo íntimo de la familia se dice que Gianinna fue la más afectada por la muerte de su papa, ocurrida en el mediodía del miércoles 25 de noviembre en la casa del barrio San Andrés, al norte del conurbano bonaerense, adonde lo habían llevado, precisamente, para tenerlo cerca en el seguimiento de su salud.
Desde ese momento sólo se la pudo ver públicamente una vez: en la cancha de Gimnasia y Esgrima de La Plata, el último equipo que dirigió Diego, para asistir al homenaje que el club del Bosque le dedicó a su papá, en ocasión del partido contra Huracán por la copa que lleva el nombre del más grande de todos los tiempos: Diego Armando Maradona.