Claudio "Papucho" Di Lorenzo tuvo un martes inolvidable en Gran Hermano. Primero, ganó el liderazgo de la semana tras responder mejor que sus compañeros en una trivia en vivo. Minutos después, Big anunció el inicio del congelados, y todos esperaron con ansiedad lo que iba a pasar.
Cuando la puerta giratoria se abrió, los hijos de Papucho, Luca y Delfina, entraron con regalos para su papá. Él no podía moverse por las reglas del juego, pero no pudo evitar emocionarse hasta las lágrimas. Sus hijos lo abrazaron, le dieron palabras de aliento y le dejaron una carta especial antes de irse.
Luca, muy emocionado, le dijo: “Ves que se te cumplió el sueño, bolu... No sabes las ganas que tenía de saludarte cuando entraste. Sos mi héroe”. Papucho, con los ojos llenos de lágrimas, movió la cabeza apenas, tratando de contenerse.
El joven siguió hablándole con mucho cariño: “Siempre quise ser como vos y ahora no sé cómo alcanzarte que estás en Gran Hermano”. Antes de despedirse, le aseguró: “Vas a ser el último en irte por esa puerta. Te amo con mi vida”. Y cerró con una broma: “La tierra es redonda”.
LOS CONGELADOS EN GRAN HERMANO
Desde que empezó el congelados, los participantes pasaron momentos de mucha emoción, pero también recibieron sanciones. Este lunes, Brian Alberto fue castigado por moverse y hablarle a su esposa, que entró vestida de novia para pedirle casamiento. Por romper las reglas, Gran Hermano lo dejó nominado y sin chances de competir por el liderazgo.
Con este antecedente, los jugadores ahora intentan no cometer errores. La próxima prueba será con Sandra Priore, que podrá reencontrarse con su esposo. Mientras tanto, Papucho sigue disfrutando el cariño de sus hijos y el liderazgo que consiguió en la casa.