Y un día Silvina Escudero se casó. Sí, tras cinco años de relación con Federico pudo vivenciar ese anhelo profundo de sellar el amor con un compromiso legal y definitivo, que se produjo el jueves. Dentro de toda la felicidad, el esposo decidió no acompañar a su mujer para sacarse fotos para los medios.
Una determinación extraña, que despertó la intriga de todos los cronistas y reporteros gráficos que se acercaron hasta el restaurante de zona norte a cubrir el evento. ¿Por qué el novio no quería posar al lado de Silvina? Esa fue la pregunta que sobrevoló en el lugar.
El mediodía explotó de luminosidad, por lo que aportó el clima cálido, una excepción para esta época del año, y por la radiante energía que emanó Escudero. La morocha lució maravillada por experimentar tamaño paso en su vida, la de rubricar ante la ley su relación amorosa.
Una jueza se apersonó en el recinto con toda la documentación pertinente, así se desbarató la teoría que lanzó Yanina Latorre sobre que la bailarina había exigido a un municipio una serie de reformas en el registro civil para su casamiento.
Tras la llegada de los ochenta invitados, con algunos famosos como Miriam Lanzoni y la hermana de la novia, Vanina Escudero, las miradas se las robaron los tres perros de la bailarina, que acudieron a la celebración para acompañarla y estar presentes en ese día tan especial.
Tras un lapso considerable, Silvina cumplió con la promesa de dedicarle un tiempo a la prensa y se prestó a las fotos para todos los reporteros gráficos y las cámaras de televisión. Así evidenció su impresionante look, que constó de un traje muy canchero todo en blanco impoluto.
Entonces, los cronistas le pidieron si podía acercarse Federico para captar a la feliz pareja juntos. Empero, Silvina aclaró el insólito motivo de su esposo para no sacarse fotos con ella: “Él no es el del medio, están pidiendo un montón”. Una argumentación peculiar, que causó extrañeza, por más que el novio no le agrade la exposición.