El cuidado de la apariencia adquiere mayor relevancia en aquellas profesiones que demandan un estado físico trabajado, ya sea por la implicancia de la labor, generalmente vinculadas con lo artístico.
Los bailarines disfrutan de la pasión por esa actividad, se entregan al máximo arriba de un escenario y sobre todo preparan su corporalidad con muchas horas de entrenamiento.
Fernando Dente se erige en un exitoso artista, con su capacidad de expresión y su técnica depurada e híper completa. Desde la pista del Bailando saltó a la notoriedad masiva, empero su formación se entrelaza más con el espectro académico.
En los últimos meses, el también actor abrió las puertas de su intimidad al confesar que está en pareja con Nicolás Di Pace, y para eso eligió el día del orgullo, en junio. “No le tengas miedo a mi libertad”, escribió en una foto junto a su novio.
El amor marcha viento en popa y Paparazzi los encontró en un espacio peculiar y en pleno proceso de entrenamiento físico. Dente y su pareja se trasladaron a los Lagos de Palermo, muy cerca de la avenida Figueroa Alcorta para aprovechar algunos implementos instalados por el gobierno, así como se llevaron sus propias pesas y colchonetas.
Durante un largo rato, y con el clima veraniego como acompañante, el bailarín y Nicolás le dieron duro a diferentes ejercicios, con mucha energía y sobre todo mucha mancomunión. Claro que al transitar por los primeros meses del enamoramiento, Fer y su pareja se encontraron muchas veces con arrumacos, así se brindaron a las mieles de los besos, los abrazos y algunas caricias picantes.
Los tortolitos no se escondieron de las miradas indiscretas y se liberaron a propinarse mucho amor, porque los mueve un sentimiento sólido que los une. Además, se estimularon a trabajar el físico y mantenerse en excelentes condiciones.
IMÁGENES: CARLOS GONZÁLEZ.