Una de las consecuencias del aislamiento obligatorio fue el cierre de las puertas de la industria gastronómica. La atención al público se clausuró, pero muchos mantuvieron la actividad a partir de la entrega a domicilio. El propio esposo de Pampita, Roberto García Moritán, confesó sin tapujos que tuvo que salir el mismo a la calle para hacer entregas.
La pareja de la modelo es dueño de dos restaurantes en Capital Federal, La mar y Tanta. Debido a la extensión de la cuarentena, Roberto y sus socios decidieron activar la modalidad de delivery para generar algunos ingresos, sobre todo para solventar los 100 empleados entre los dos emprendimientos.
La novedad pasó por la decisión del marido de Pampita de subirse a un vehículo y recorrer las calles para llevar los platos a los clientes. En una actitud valiosa para dar el ejemplo a sus trabajadores que están buscando todas las opciones para mantener las fuentes laborales.
Respecto a su accionar, García Moritán contó: “El fin de semana pasado fue un ejercicio nuevo para nosotros a partir de Semana Santa donde La Mar nos parecía que tenía una gran oportunidad porque vende pescado, ahora este fin de semana en Tanta vamos a ver de qué se trata el mundo tan complejo de la logística y demás. Para nosotros es una necesidad”.
Con un gran grado de sensibilidad social, el empresario describió las motivaciones para ponerse al frente del reparto. “Quisimos dar señales a todos nuestros empleados y por sobre todo en la trinchera misma. Yo no podía pedir que hagan repartos con los miedos que hay desde mi oficina o desde mi casa. Cada uno quiso demostrar que vamos a estar ahí pase lo que pase. Este momento, lo primero que hay que proteger es el empleo y a los que dan el empleo”, explicó Roberto.
