Sin dudas, Laura Fernández es una de las mujeres más talentosas y multifacéticas del ambiente artístico. Bailarina, actriz, conductora, modelo, deportista, influencer y… ¿cocinera? Al parecer, en ese último rubro sería en el que no se destaca.
Luego de haber compartido con sus seguidores un antojo que tuvo, y que tenía que ver con sus ganas de comer un tipo de yogurt específico, el cual salió a buscar sin suerte, y que muchos adjudicaran ese "resultado negativo" al intento de conseguir un canje, la novia de Nicolás Cabré volvió a mostrar otro plato de comida que la tentó.
Sin embargo, esta vez era la propia Laurita quien le quería mostrara a sus fans su desempeño en la cocina al preparar una saludable sopa de calabaza. En una de las primeras historias que subió a su cuenta, y a fin de ir compartiendo el paso a paso de su cena, la bailarina publicó como hervía el zapallo.
“Voy a intentar cocinar”, escribía la futura conductora de El club de las divorciadas poco antes de que sufriera un percance en su preparación. ¿Qué le pasó? “Me digné a hacer una sopa y se me quemó la batidora”, comentó Laurita con cara de compungida.
“Me digné a hacer una sopa y se me quemó la batidora. La sopa sobrevivió, pero abrí la ventana del olor a quemado que quedó”.
“La sopa sobrevivió, pero abrí la ventana del olor a quemado que quedó”, fue lo último que subió a sus historias en cuanto a su trunco desempeño en el arte culinario que, sin dudas, no es lo suyo. Aunque, a juzgae por la foto del plato de sopa… ¡no estaba nada mal!
No hay que negar que Fernández le puso voluntad y actitud a la cuestión, mérito no menor para reconocerle, luego de un largo día en el que había pasado por la peluquería a retocarse el color, cumplido con compromisos laborales y en el que se había reunido para ultimar detalles antes del debut de su nuevo programa en El Trece.
Aunque tal vez, para ir a lo seguro, a Laurita le convenga seguir haciendo uso y abuso de su fama e influencia en las redes a fin de sacar provecho de los canjes de comida, como hace a menudo cuando pide sushi o sale con Cabré a conocidos restos de zona Norte.