No pega una. Recién mudada, Nacha Guevara tiene que volver a pasar por el traumático proceso. La actriz que había decidido dejar su casona rodeada de naturaleza fuera de la Capital Federal para instalarse en la zona de Recoleta, cerca de sus amigos, tuvo problemas habitacionales ni bien se terminó de instalar.
En el coqueto edificio de cien años, Nacha tenía pautado alquilar y vivir los próximos tres años. Incluso, como no cuenta como garantía, tuvo que pagar por adelantado los 36 meses que lo habitaría. Se dedicó a remodelarlo, a decorarlo a su gusto y consideración, e hizo trasladar todas sus pertenencias, desde el mobiliario hasta su ropa.
Pero un problema edilicio le complicó la vida. Se dañó el suministro de gas y, por precaución, la empresa nacional que lo provee cortó el consumo por un largo tiempo por delante. Y Guevara, que había dejado su espectacular casa en Zona Norte para acercarse a sus amigos como Marcelo Polino, hoy está sufriendo.
Porque no solo tiene que arreglarse la problemática de la filtración de Óxido de Carbono para así evitar posibles asfixias o explosiones sino que, después de terminado el arreglo, hasta que se vuelve a habilitar para uso en los departamentos la demora puede ser eterna.
A Guevara le avisaron que tendría que pasar entre un año y un año y medio sin la posibilidad de calefaccionar su casa (ella es muy friolenta y cuida mucho su piel de las bajas temperaturas) como tampoco tendrá la posibilidad de cocinarse nada ni de prepararse un té, por ejemplo, que no sea comprándose un aparato eléctrico, contaron en Intrusos en el espectáculo, por América.
Molesta y furiosa con la situación -y no es para menos–, Nacha le reclamó al dueño de la propiedad que le devuelva el dinero que ella invirtió -le corresponde legalmente, al estar recién mudada y encontrarse con esa situación-, para poder volver a elegir y pagar un lugar a donde irse a vivir y seguir espléndida a sus 80 años.