La tercera edición de Bake Off Argentina comenzó de la mejor manera posible y es que además de presentar a nuevos pasteleros que asombraron con sus habilidades a todos los espectadores e inclusive al exigente jurado, llegó cargada de nerviosismo, ansiedad, complicaciones y diversas personalidades que afloran gala tras gala.
Dentro de este contexto, uno de los concursantes que más se destacó por su manera de ser extrovertida y sus constantes chistes y risas fue Gino Minnucci, el joven de 22 años que es oriundo de Pérez Millán, de la ciudad de Ramallo, que cautivó la mirada de todos los televidentes con su estilo de gaucho y su gran cantidad de boinas de diversos colores y tramados.
No obstante, el cocinero logró crear una fuerte grieta en las redes sociales y dividió a los fanáticos del reality en dos equipos: los que adoran y lo apoyan, y los que lo quieren ya fuera del certamen.
Asimismo, el propio participante bromeó desde la primera gala con su manera de llevar adelante las recetas y las pequeñas trampas que busca encontrar en cada postre para poder justificar sus errores y no llevarse el reto de los reconocidos pasteleros, que son Damián Betular, Pamela Villar y Dolli Irigoyen.
Tal es así, que en la noche del miércoles Gino sorprendió por completo con sus dichos apenas se inició la jornada, luego de que el también jurado de MasterChef Celebrity anticipara cuál iba a ser el reto de la noche: un postre trifle.
“No hay que confiarse, las capas se tienen que notar, hasta se puede reversiones un postre adentro de un trifle. Lo bueno que tienen hoy es que lo contiene algo, no hay problemas con la gelatina, ni con el frío. Hoy no hay chamuyos”, fueron las palabras de Betular para darle inicio a la consigna.
Sin embargo, sin ningún tipo de filtro y sabiendo que ya no podía improvisar algo nuevo o culpar a un ingrediente por sus malas maniobras, Gino asombró al revelar que iba a tener una larga noche por delante: “Hoy no hay chamuyos… Eh… Cagué”.
