El estrés, la presión, los apresuramientos y la mirada incisiva. Muchos factores inciden en la psiquis de los participantes de MasterChef y en ocasiones toda esa carga explota y se manifiesta en lágrimas, como le sucedió a Dani La Chepi este lunes.
La humorista vivió un episodio complicado, en el que debían armar sandwiches típicos de comida callejera, esos platos al paso que satisfacen el estómago y que encierran en la simpleza un acto de magia. La blonda arrancó mal en el mercado, con su olvido total de huevos por el cual tuvo que pedir a sus compañeros.
La comediante pensó en una bondiola, un corte típico de los carritos de la Costanera, pero falló en el ancho, la cocción y sobre todo en la guarnición, para la que optó por aros de cebollas, que nunca logró concebir.
A pesar de su humor, Dani se topó con una devolución ácida, insensible del jurado, principalmente de Germán Martitegui, que con su estilo militar la destrozó con su análisis. “No son aros de cebollas, son deprimentes, incomibles. Parece mentira que tardaste una hora en hacer ese sandwich, no tiene coherencia. No está bien”, bramó el chef.
La Chepi intentó mantenerse estoica durante el discurso de los cocineros y cuando Santiago del Moro le consultó qué le había pasado solo expresó: “No me pongo mal, eh, te frustra”. Pero en el regreso a su isla, la angustia le brotó por los poros.
Así se la vio a la humorista con lágrimas que caían de sus pupilas, al tiempo que sus compañeros se le acercaron para contenerla. En ese momento se la escuchó exteriorizar: “Estoy caliente nada más. ¿En serio me gana un sandwich?. Estoy caliente y no quiero, el que se calienta pierde”.
Y para profundizar en sus sentimientos de tristeza e impotencia, Dani razonó: “Me pongo a llorar porque te frustras mucho acá. ¿Por qué me la compliqué haciendo una bondiola? La bondiola se come en la Costanera, ¡no te hagas la canchera que vas a hacer bondiola en MasterChef! Acá pasan cosas que en tu casa no te pasan”.