En febrero de 2018, cuando falleció Natacha Jaitt en circunstancias aún no esclarecidas, Lissa Vera estaba transitando el embarazo de su segunda hija, Delfina, quien nació en junio de 2019.
En ese entonces, tanto Ulises Jaitt como Antonella, la hija de la mediática, acusaron a la integrante de Bandana de haber tenido relación con el hecho por su supuesta vinculación con las personas del lugar donde se había producido la muerte.
"Aparecía mi cara en todos lados, me decían asesina, cómplice, entregadora. Todas cosas horribles en estado de embarazo, y no perdí a mi bebé de pedo”.
Por eso, durante su visita a Los Ángeles de la Mañana, la cantante hizo un fuerte descargo y se quebró al recordar que casi pierde su embarazo debido al mal momento que pasó.
“En el momento en que murió Natacha yo estaba embarazada de Delfina, y estaba bastante delicada con los sentimientos, y le mandé un mensaje a Ulises mientras él estaba en Brasil. Cuando llegó vociferó por todos lados que yo no había aparecido ni dado la cara. Pero yo no tenía por qué dar la cara, si no había estado ahí”, se defendió.
Y continuó: “Ahí Ulises armó un circo siniestro a costa de la desgracia, que había fallecido mi amiga. Me metió en la bolsa y nunca entendí por qué, ni por qué Antonella me insultaba a mí. Dentro de todo el dolor que podría llegar a tener, empecé a pensar qué les pasaba. Si querían armar un circo con eso. Mi cara garpaba, que digan que iban a meter presa a Lissa Vera de Bandana por ser cómplice de algo. Me pareció un disparate, no lo quería pensar”.
Con respecto a cómo la afectó esa acusación, Lissa expresó: “Pero a la distancia lo pienso. Aparecía mi cara en todos lados, me decían asesina, cómplice, entregadora. Todas cosas horribles en estado de embarazo, y no perdí a mi bebé de pedo”.
Entre lágrimas, Lissa confesó: “Pasó un tiempo largo y me sigue doliendo. Mi cara vende, y no es lo mismo que un NN que Lissa Vera involucrada en la muerte de una persona que había dicho cosas picantes”.