La visita de Andrea Falcone a la mesa de Polémica en el Bar le dio condimento al programa. El tema del día fue el aumento del 12 por ciento que recibieron los jubilados de nuestro país (“algo así como tres mil pesos para los que cobran la mínima”, contó) y, mientras ella lo explicaba, Marcela Tauro estalló en llanto al referirse a lo que le pasa a su mamá, que también está jubilada.
"Muchos jubilados que no llegan a pagar las pensiones están siendo desalojados", dijo la abogada previsionalista. Y allí fue cuando Tauro puso el grito en el cielo: "No… A mí no me importa de qué partido político sean. Vayamos a lo importante, vayamos a los jubilados. ¡A mí eso me duele!".
Todo el debate se dio después de que Mariano Iúdica explique cuáles son las razones por las que él cree que la gente se va del país, y de que Flavio Azzaro hable del “fenómeno que se daría en la Ciudad de Buenos Aires, dado el subsidio que se les daba a los indigentes para que no vivan en la calle, y quienes desplazarían a los ancianos de los precarios hospedajes”.
"El gobierno nacional y popular ajusta sobre los jubilados. Es una vergüenza, te lo dicen los peronistas mismos. Es una locura", sintetizó Chiche Gelblung, un viejo abonado al show del programa. "Mi vieja cobra una jubilación mínima y yo la ayudo. Mi hermana también, obviamente", informó Tauro.
Allí fue cuando Falcone reveló que los problemas van a ser mayor en el futuro, ya que los actuales jubilados son propietarios de sus casas, mientras que hoy resulta casi imposible para un asalariado proyectar tener un techo propio. “Hay un 20 por ciento de jubilados que no pueden ni pagar un alquiler de una piecita”, reveló.
"Ay, me pongo mal. Me duele que pasen estas cosas con los viejitos. Me parecen unos hijos de p… los políticos. Disculpen la expresión, pero la verdad. No me importa si es de un partido o del otro (la responsabilidad). Nadie hace nada y no recorren las calles, no ven a la gente cómo está. Somos un pueblo muy pacífico", terminó Tauro, visiblemente emocionada.