A Pamela David (42) se la conoce como una exitosa conductora de televisión, pero no le resultó sencillo alcanzar ese lugar. Empezó, como se dice vulgarmente, de abajo. Llegó de su Santiago del Estero natal cuando tenía 17 con una mochila cargada de sueños.
“Todos decían que esto era una jungla, que no había amigos de verdad. Y, sin embargo, yo encontré buenas personas. Pero no fue fácil. Yo no se lo contaba a mis padres, porque ellos estaban en Santiago y no quería preocuparlos. Pero, al principio, fue re difícil. Porque, más allá de que yo me fui con mis ahorros a una pensión, estaba trabajando como promotora y hasta que lográs cobrar tu primer sueldo es complicado”, le dijo a Leandro Rud para el ciclo La Noche que emite El Nueve.
Una vez me pasó que no cobraba en la agencia. Y a mí me daba un poco de vergüenza. ¿Qué loco eso de no tener las herramientas? Porque no es nada malo decir: ‘No tengo plata’, ‘No tengo para el colectivo’ o No tengo para comer’. Pero a mí me daba vergüenza”, evocó. “Entonces, llamaba a la agencia y decía: ‘¿Hoy sí voy a cobrar?’. Y era: ‘No, porque los clientes...’. Esa bicicleta que es natural, pero que imaginate lo que significa para una persona que no tiene para comer”, continuó Pamela David.
“No sé cuánta plata tenía en ese momento, pero dije: ‘O me voy en colectivo o me voy caminado y la plata del colectivo la usaba para comer algo’", recordó Pamela.
Y después, recordó una anécdota de aquella época. “No sé cuánta plata tenía en ese momento, pero dije: ‘O me voy en colectivo, que tenía que ir a Retiro y yo vivía en Colegiales, o me voy caminado y la plata del colectivo la usaba para comer algo’. Eso fue una decisión. Y me acuerdo que fue fuerte y no lo hablé con nadie. Después sí, lo conté con amigas”, explicó.
"Porque no es tan simple ni tan vacío tener algo material. Es mucho más profundo de lo que parece”, dijo.
“Cada cosa que te cuesta un montón, aprendés a valorarla más. Yo no sé si es en todos los casos, pero conozco un montón de gente que al tener el conocimiento del valor de las cosas, el valor no el precio, aprende a valorar todo lo que tiene. Desde comprarse la tacita de café de todos los días y disfrutarla. Pero le da valor a cada cosa que uno puede tener. Porque no es tan simple ni tan vacío tener algo material. Es mucho más profundo de lo que parece”, continuó.
Y si bien participó de un comercial en Paraguay que le brindó cierta fama, su oportunidad llegó con su participación en el reality El Bar. “Las productoras a las que había ido a hacer casting me empezaron a contratar”, confesó. Hoy, alejada de la tele, admitió que fue Gerardo Sofovich quien le dio la gran oportunidad en el ambiente y logró posicionar su nombre en el mundo del espectáculo.
