El coronavirus trastocó todo lo preestablecido y sumió al planeta en un escenario desconocido. Cientos de ramificaciones se despertaron con la pandemia, no solo en lo sanitario, sino en lo económico y en lo afectivo.
En ese contexto, Silvina Escudero transitó por variaciones magnas en su vida, en su cotidianidad, que modificaron radicalmente su día a día. Incluso la cuarentena atentó contra su relación de pareja, que terminó desembocando en la ruptura.
En otras aristas, la bailarina padeció la salida de su hermana Vanina Escudero, que optó por mudarse con su familia a Uruguay, detrás de una oferta laboral muy beneficiosa que le llegó a Waldo Navia. Y como si todo eso fuese poco, Silvina también tuvo que cerrar su escuela de danza.
En una visita al living de Pampita, la morocha no ocultó las sensaciones de congoja por la clausura de su emprendimiento: “Fue un año difícil para todos … Por más que ha sido terrible para mi hermana y para mí por lo económico, lo sentimental… Era nuestro lugar en el mundo, hemos dedicado muchos años, mucho esfuerzo”.
Claro que Silvina aclaró que entiende el contexto general y sostuvo: “No puedo dejar de mirar alrededor y darme cuenta de que yo tengo un plato de comida en mi mesa y hay gente que cerró sus empresas y no tienen para comer”.
A la hora de narrar ese último día en la escuela, ese instante definitivo, la famosa expresó: “Fuimos con Vanina y pusimos un grabador con música arriba para poder sobrellevar la situación y empezamos a ver, a guardar, a remover, a llevar, a donar, a regalar”.
