Luego de casi cinco meses de mostrarse aplomado, sereno y concentrado en Gran Hermano, con un juego en el que la clave de su éxito, según el Conejo, parece ser el silencio y la observación, Marcos Ginocchio demostró como nunca sus sentimientos al recordar a su mamá y rompió en llanto.
El clima se prestaba para la lágrima en el Día Internacional de la Mujer, cuando Santiago del Moro les propuso a los hermanitos hablar de las mujeres de su vida. Arrancó Romina con un relato durísimo de su infancia, una historia de violencia doméstica y pobreza que conmovió a Marcos.
Y cuando le tocó el turno de hablar, el Primo ya no daba más. "Para mí, las mujeres más importantes de mi vida son mi mamá y mi hermana. Tuvieron que luchar muchísimo por las cosas que querían. Estoy muy orgulloso de ellas. De esas cosas son de las que más aprendés", empezó el salteño.
Con la voz tembleque y los ojos húmedos, el campeón de Jiu-jitsu se refirió con gran emoción a Carolina, su mamá, de quien dijo que heredó su personalidad. "A mi vieja la amo muchísimo. Ella también es muy tranquila, es como yo”, dijo.
MARCOS RECORDÓ A SU MAMÁ EN GRAN HERMANO
A continuación, el jugador a quien la mayoría ve como el número fijo para ganar la edición 2022 trajo al presente un recuerdo de su infancia en Salta que lo hizo quebrarse por completo. “Cuando éramos chiquitos era nuestra mejor compañera, siempre. Nos seguía a todos lados”, rememoró.
Esta disposición full time de su mamá para con él y Valentina pesó en su recuerdo y hoy le genera culpa. Así lo explicó: “Yo sentía que, en algún aspecto, no tenía vida por estar con nosotros. Todo el tiempo, constantemente, estaba con nosotros".
"Íbamos al colegio y en vez de volverse a la casa, ella se quedaba esperándonos en el auto. Se quedaba las siete horas ahí. Nosotros salíamos y le decíamos ‘mamá, ¿por qué te quedaste esperando acá y no te fuiste?'", siguió, sollozando y emocionando a sus compañeros.
"A ella la hacía feliz esperarnos. Con tan poco, ella conseguía ser feliz", cerró el participante, que luego en el confesionario ahondó en estos sentimientos y reflexionó sobre lo sanador que para el resultó el haber podido compartir tiempo con su hermana dentro del reality.
“Me emociona porque siento que mi hermana y yo vivimos cosas fuertes de chico. Creo que ella en un sentido también lo necesitaba y me pone feliz que haya sido acá y conmigo”, declaró el salteño.