Marina Calabró ha logrado establecerse como una de las figuras periodísticas de la LN+, el canal de La Nación. Dentro de las fuertes presencias que tiene la señal en este último tiempo, tiene impacto después del mediodía con sus ciclos +InfoALaTarde y +Nación, tocando temas de la agenda sociopolítica y económica de nuestro país.
Además de todo esto, la periodista también tiene un espacio en la radio El Observador, donde trabaja junto a su compañero Horacio Cabak. Fue allí mismo donde Marina se animó a hablar de lo mal que la ha estado pasando en La Nación (previo a confirmarse su pase a América). Una situación que la terminó empujando hacia un preocupante cuadro de salud.
Por estas horas, la periodista contó el mal momento que vivió en la señal televisiva del reconocido diario cuando, por un estado gripal que atraviesa, tuvo que forzar la voz para poder hacer su trabajo y por ende terminó teniendo serias consecuencias.
“Yo estoy un poquito apestada, así que no se sorprendan si, de repente, empiezo a toser o si me quedo sin voz. Hoy en el noti tuve un par de episodios complicados, pero bueno, cosas que pasan, nada grave. El cambio de clima me dicen, para consolarme, pero en realidad estoy ahí…”, comenzó relatando Marina, que se mostraba bastante afectada por este cuadro de salud que vive.
Luego la periodista pasó a explicar lo difícil que le resulta manejarse en su agenda diaria por este virus que contrajo. Igual, a pesar de sentirse afectada, tuvo tiempo de todas formas para hacer una broma y chicana a Luis Majul -compañero y una de las cabezas de El Observador-, quien habría arrancado con todo este tema de salud.
“Yo no soy de tener aire acondicionado prendido, pero bueno… Cabak y Majul están apestados…¡Este es el germen ‘majulístico’! Porque en realidad empezó él y se fue esparciendo este bicho exótico”, lanzó Calabró, ya más despreocupada y sabiendo que ahora el único remedio válido es cuidarse y recuperarse de a poco.
Por eso mismo Marina cerró su descargo con optimismo y buena onda: “Igual nada grave y, además, cómo uno puede estar mal con treinta y dos grados de temperatura y una térmica de treinta y ocho. ¡Esto es felicidad! ¡Qué maravilla este mes!”.
Mucha de esta energía tiene también que ver con el feliz momento que está pasando la periodista desde que se reconcilió con Rolando Barbano, luego de varios idas y vueltas en la relación que la tuvieron a maltraer. Ahora, independientemente de las pestes que puedan estar alrededor, el amor y el trabajo la tienen bien a la periodista.
