La defensa de Rubén Darío Castiñeiras, más conocido como El Pepo, apostaba todas sus fichas a una posible prisión domiciliaria, buscando así que el cantante abandonara su celda después de cinco meses de haber estado detenido.
Tal como esperaba su abogado, el músico logró su cometido luego de que se diera a conocer el resultado de la pericia psicológico que describió al Pepo como “infantil y dependiente” y además reveló que “se preocupa poco por los demás”.
El cantante estuvo apresado, acusado de “doble homicidio culposo agravado por conducción imprudente negligente y antirreglamentaria de vehículo a motor, por ser más de una las víctimas fatales, y por lesiones graves culposas doblemente agravadas".
EL TRÁGICO ACCIDENTE
Esto sucedió en la madrugada del 20 de julio, cuando la camioneta que conducía El Pepo volcó en el kilómetro 8,5 de la ruta provincial 63, a la altura de Dolores y trajo como consecuencia la muerte de Ignacio Abosaleh y Nicolás Carabajal, mientras que el músico y su corista, Romina Candias, fueron internados con heridas leves en un hospital cercano a la zona.
LA RESOLUCIÓN DE LA JUSTICIA
A pesar de que la defensa de Castiñeiras buscaba la liberación de su defendido luego de que las pericias dictaran que el cantante padecía una “dolencia médica” producto de una fractura en el peroné que se provocó jugando al fútbol en el penal de Melchor Romero, la Justicia dictaminó otorgarle la prisión domiciliaria al Pepo luego de los exámenes psicológicos que le practicaron.
De acuerdo con el fallo, el músico cumplirá la pena en su domicilio en la localidad de Santos Lugares, pero bajo la custodia y la observación del Sistema de Monitoreo Electrónico dependiente del Servicio Penitenciario Bonaerense.
Y, además, las condiciones a cumplir son: la prohibición de consumir sustancias estupefacientes y de bebidas alcohólicas. Y también deberá someterse a "tratamiento psicológico-psiquiátrico".
