A pesar de haberse mantenido alejada por unos largos meses de la pantalla chica, Susana Giménez volvió con todo y puso otra vez sobre la mesa su título de “diva argentina”. Y es que a pesar de estar actualmente disfrutando de unos días en Miami, la reina de los teléfonos apareció en Telefé y revolucionó al mundo del espectáculo.
Sin embargo, Su no volvió a la televisión con su propio programa, sino que hizo apariciones especiales junto a Marley, quien también viajó a Estados Unidos para estar con ella y arrancar una nueva temporada de su ciclo Por el mundo.
Pero además del glamour, de las espectaculares calles de la ciudad de Florida, de las playas y de la enorme mansión en donde reside Susana, la diva también vivió un picante encontronazo con su nieta Lucía Celasco a quien acusó de “desordenada” y de “volverla loca” sin ningún tipo de escrúpulo.
Luego de varios emprendimientos, Lucía decidió abrir un exclusivo y costoso local de ropa en una de las zonas más importantes de Miami, pero mientras vivía en la casa de su abuela sostuvieron intensas peleas por las diferentes maneras de ser de cada una.
Por su parte, Giménez explicó que suele ser súper ordenada, que su ropa siempre está alineada dentro del placard y que no puede haber ni una mota de polvo a su alrededor, mientras que Lucía “utiliza las valijas como placard, deja el sillón-cama abierto hasta que se va y es un desastre”.
Por eso ahora, tanto Marley como su co-conductora decidieron visitar el local de indumentaria de Celasco en donde ella y su abuela protagonizaron un picante y divertido ida y vuelta, luego de que la diva le pidiera públicamente a su nieta que abandonara su casa y se buscara un nuevo lugar donde dormir.
“Estoy durmiendo en un colchón acá porque me echaron”, disparó Celasco, a lo que, rápida, Susana acotó: “Yo le compré un departamento en Buenos Aires, que todavía no terminó de decorar, hace un año y no es que es enorme. Y necesitaba capital para poner... Entonces le dije ‘yo te doy todo esto, pero en casa no vivís'” .
Asimismo, la conversación volvió a caer en el desorden que suele provocar la joven, por lo que Marley quiso calmar las cosas justificando que él también suele ser poco ordenado, pero Su fue contundente: “No cuelga nada. La valija es como su placard: abre y va sacando y tirando”. “Es que como no tengo casa... que me vaya, que no se qué, entonces no desarmo la valija”, se defendió Celasco intentando suavizar a su abuela.
De todas maneras, terminaron demostrándose el cariño que se tienen una por la otra, y hasta la reina de los teléfonos eligió comprarle un palazzo a Lucía para colaborar con la inauguración del local llamado Lovely Denim, el cual pagó 80 dólares y tuvo que dejar la diferencia de los 100 ya que, pícara, la dueña aclaró “que no tenía cambio para darle”.