Jorge Rial sufre el permanente subibaja que vive con las mujeres, a veces refunfuña con sus hijas -sobre todo con More, que es mucho más explosiva que su hermana Rocío-, putea por el laburo, se queja cuando el rating viene esquivo, se pelea con otros periodistas, fustiga a los políticos y reniega por la marcha del país, pero su condición de abuelo sólo le da momentos agradables y para disfrutar. Y como no quiere que se le arruinen, algunas cosas que pasaron en los últimos días le dieron miedo y lo hicieron entrar en una seria duda.
La semana pasada -el jueves más precisamente- lo que debió ser una intensa jornada futbolera terminó en una inexplicable y dolorosa tragedia. El partido entre Gimnasia y Esgrima de La Plata y Boca, clave en la recta final de la Liga Profesional de Fútbol 2022, apenas disputó 9 minutos: la salvaje represión de la policía de la provincia de Buenos Aires a los hinchas que aún pugnaban por ingresar al estadio hizo que los gases lacrimógenos lanzados por los uniformados invadieran el campo de juego y las tribunas.
El partido no pudo continuar, pero eso no fue lo peor. Un hincha del club "mensana" falleció de un paro cardíaco ahogado por el efecto de la nube tóxica y desesperado por ver que su nieta, a la que había llevado a la cancha conocida como "El bosque", se ahogaba y tenía muchas dificultades para respirar. El hecho provocó conmoción no sólo en la sociedad futbolera. También provocó un terremoto político con cuestionamientos, despidos, nervios, acusaciones y pedidos de renuncia.
Se informó que el partido seguirá el 19 octubre, pero no se sabe a qué hora ni donde. Primero se dijo que cintinuaría a puertas cerradas y en un estadio muy lejano al de La Plata (se habló de la nueva cancha de San Nicolás), pero en las últimas horas, frente al reclamo de los hinchas de Gimnasia y de otros equipos, que consideraron una injusticia esa medida, surgió la versión de que se jugará, finalmente, en la casa del Lobo. Y con público.
Hace un tiempo que Rial decidió "volver" a la cancha. El periodista -en la actualidad conduce Argenzuela en Radio 10 y en C5N- no es de Gimansia ni mucho menos de Boca: es fana de River, pero había dejado de ir al Monumental "por esas cosas de la vida", las mismas que ahora, ya de "grande", lo llevaron a comprarse una platea y a ser asiduo concurrente domingo a domingo.
En ese regreso "a las pistas" del fútbol, Rial se dio uno de esos gustos que los futboleros disfrutan largo y tendido: ir a la cancha con su nieto, Francesco, y hacerlo "del millo" desde la cuna. Le compró "gorro, bandera, vincha" (y camiseta, y bandera, y funda para el celu y todo lo que hay a mano) y lo llevó. Pero ahora se asustó. "¿Y si me pasa con mi nieto eso? Si estoy con mi nieto en la cancha y empiezan a tirar gases? ¡Me quiero morir! Mirá si me pasa, es un horror. Una pena, porque estaba volviendo la familia a la cancha, y yo disfrutaba mucho ir con mi nieto, pero ahora lo voy a pensar 25 veces", confesó, con resignación.
