Hace algunas semanas, Marcos Ginocchio fue uno de los invitados de PH, en la pantalla de Telefe. Allí, el campeón de la última edición de Gran Hermano habló sobre los problemas de salud enfrentó cuando era joven, cómo también reveló una increíble anécdota con su ex pareja.
El oriundo de Salta estuvo junto a Julieta Poggio, su gran amor desde que estuvieron en la casa más famosa de la Argentina, el cantante Abel Pintos, la modelo y enemiga de Zaira Nara, Paula Chaves, y el pastelero y jurado de las recientes versiones de MasterChef, Damián Betular.
Sobre su salud, Marcos comenzó: “Me pasó un par de veces, cuando era chiquito, es muy largo, pero resumidamente, no daba más, me pasaron un par de cosas y no encontraba de donde agarrarme. Fueron varios problemas de salud que tenía, que me traían mucha ansiedad, mucha depresión. Me costaba muchísimo salir. Trataba y trataba, pasaba el tiempo, creía que iba a pasar, mejorar, pero no le vía mucho sentido”.
“Me acuerdo que una vez, que estaba tan triste, porque la depresión, la ansiedad, el estrés me generaban mucha tensión. Me decían que no podía seguir así porque me habían dado unos resultados, tipo unos anticuerpos antinucleares, que era que las mismas células del cuerpo se estaban atacado así mismas. Era algo físico y emocional, iba de la mano”, sumó.
Y agregó: “Me dieron que no podía seguir así porque había bajado mucho de peso, no tenía energías, me costaba hacer todo…y me acuerdo que una noche, llorando, le pedí a Dios que me acompañara. Ayudame, lo que tenga que ser, pero acompañame, no pudo seguir así un día más. Llorando me dormí, y al día siguiente fue como que sentí la presencia de Dios y todo empezó a mejorar”.
Pasando a otro tema, Ginocchio contó cómo casi se le incendia su casa, mientras intentaba conquistar a su ex novia. A lo que sostuvo: “Me acuerdo que estábamos viendo cuándo nos encontrábamos, me dice de juntarnos a cenar, y le digo venite a mi casa y comemos algo. Yo estaba pensado qué le podía preparar, y vamos a lo básico, a la milanesa con puré".
"Cuando llega y me dice qué vamos a comer, le digo: milanesas. Y ya me puso cara como de '¿Es lo único que preparaste?'. Así que como que arrancamos mal, y ahí como que me puse nervioso. Puse las milanesas en la sartén y me fui con ella a charlar al living. Cierro la puerta y tanto charlar, pasó el tiempo", señaló.
Para cerrar, dijo: "Voy a mi cuarto, porque me estaba sonando el teléfono, y me estaba llamando mi vecino, que me preguntó si estaba en el departamento. ‘¿Está todo bien? Fijate si está todo bien en la cocina, porque está saliendo humo por la ventana'. Entro y un humo tremendo, la milanesa hecha carbón. Así que salió mal, pero no tan mal porque después fuimos novios”.