Los Juegos Olímpicos de verano se disputaron en Tokio, terminaron hace 10 días y consagraron a Italia como una de las grandes revelaciones del certamen, sobre todo por el atletismo de velocidad. Quizás inspirado en esa maravillosa y sorprendente actuación, Donato de Santis decidió practicar uno de los deportes olímpicos durante sus vacaciones en ese país.
En medio de un paisaje paradisíaco, el cocinero de Masterchef se mandó un "clavado" al mar que hubiera merecido más una carcajada que un buen puntaje de los jurados. Y bue...
Donato viajó a Italia, de donde es oriundo, apenas terminó la segunda edición de MasterChef Celebrity. Fue a aprovechar el verano europeo pero también a visitar y acompañar a su madre, que tiene 91 años y vive en la región de Puglia, al sur de la península.
Se trata de una zona que si bien no tiene el glamour ni la distinción del poderoso norte (Milán, Turín, Florencia, Venecia, Udine, digamos de Roma "para arriba") cuenta con playas de ensueño que dan ganas de quedarse a vivir. O por lo menos de darse un chapuzón.
Algunos lugares combinan el agua cristalina del mar con formaciones rocosas que forman pequeños acantilados. La vista es maravillosa. La sensación de estar allí, inigualable.
Enfervorizados por esa maravilla natural, algunos se dejan llevar un poco más y se arriesgan a subirse a lo más alto de los despeñaderos y desde allí arrojarse al agua como si fueran deportistas de alta gama. Donato "sintió el llamado de la aventura" y junto a un grupo de personas trepó las rocas y se mandó derecho viejo rumbo al mar Adriático.
De su grupo, fue el tercero en hacerlo. El primer muchacho que se tiró fue un 10. "A lo Meolans" ingresó perfecto al agua y nadó como un delfín. El segundo, mas o menos. Evitó el golpazo de cabeza y se tiró "de bomba".
Por fin fue Donato, pero su "clavado" no fue todo lo perfecto que podría haber sido. Se valora su arrojo, su audacia, su coraje y su decisión para afrontar semejante desafío. Hasta ahí, cinco tenedores. Pero la técnica y la manera de caer.... y no, dejaron mucho que desear.
En realidad, la preparación de Donato fue perfecta. Si bien se lo notó un poquitín "excedido" de peso -algo entendible para una persona que está de vacaciones y disfrutando de las exquisiteces de la "alta cuccina italiana"- se alistó con movimientos y con ejercicios que recomendaría cualquier nadador experto. De esa forma entró en calor y terminó de quitarse dudas o temores que pudieran asaltarlo.
Hasta ahí, todo bien. Pero al momento de saltar llegaron los problemas. Donato no terminó de decidirse entre tirarse de "cabeza" o parado y ese ciertamente lo complicó. Cayó a "medias" y el golpe fue tremendo. En fin, no está mal para un amateur como él. Incluso, cuando volvió a la superficie se permitió bromear con su faena. "Y yo... papelón",se sincerçó Donato, que después del chapuzón sintió hambre y se comió un pescado mirando al mar. Mejor momento, imposible...