¿Será la energía de la eliminada? Toda esa virulencia, esa intensidad que jamás menguó durante seis meses parece que se quedó clavada en las entrañas de la casa de Gran Hermano. Algo sucede en esa propiedad y no posee explicación empírica, por eso se armaron conjeturas en torno a Furia.
La más polémica de la temporada, y probablemente de todas las ediciones del reality en el país, cayó en las garras de lo que jamás pensó: la eliminación. El público le soltó la mano, en un claro gesto de hastío de sus comportamientos erráticos y soeces en la votación del martes.
Juliana Scaglione ya no continúa en juego por el premio gordo, ya no podrá cumplir su desesperado sueño de convertirse en la ganadora de Gran Hermano, ya que la gente se inclinó abrumadoramente por Martín Ku, que se impuso con un margen descomunal e inmenso.
A las pocas horas de disfrutar del silencio, de la tranquilidad reinante en el hogar, los cinco sobrevivientes, que pugnan por adjudicarse el título de campeón, se sentaron en la mesa a cenar. Sin el ruido ensordecedor de todas las peleas que siempre inició Furia, los participantes vivieron una situación inexplicable.
EL FANTASMA DE GRAN HERMANO
Las imágenes se viralizaron en las redes sociales con extrema velocidad y generaron un revuelo impresionante. ¿Qué pasó? El video muestra como Nicolás Grossman se quería llenar una copa con agua para degustar su comida. En ese interín, el vaso se movió solo, como empujado por una fuerza intangible o espiritual.
Al comprobar el fenómeno, las plataformas digitales se llenaron de comentarios de asombro como: “¿Se movió la copa de Nicolás?”, “¿Furia estás ahí?”, “Tuvieron que meter un espíritu para que haya contenido en esa casa”, “La copa tiene más protagonismo que los chicos que quedaron”.