El sábado 10 de julio se quebraron muchas rachas para la Selección, que volvió a consagrarse campeón de un torneo oficial tras 28 años de sequía, con esa épica final ante Brasil en el mismísimo Maracaná.
La obtención de la Copa América desató el festejo alocado de todo el país, que vibró alto con el equipo de Lionel Scaloni, así se vio una celebración impresionante en el Obelisco, el epicentro de las grandes gestas del deporte.
Las imágenes de la locura del plantel argentino en el césped del estadio brasileño recorrieron el mundo, hasta en los puntos más inhóspitos del planeta, principalmente por la emoción de Lionel Messi, que se sacó la mochila de no ganar un título con Argentina.
Otro de los puntos destacados de la velada del sábado se centró en el accionar del ídolo, que a los minutos de derrotar a Brasil se sumergió en el seno de la familia y conectó su celular en el campo de juego para hablar con su esposa Antonella Roccuzzo.
Apenas regresaron todos los campeones al país se vivió una tremenda recepción en el aeropuerto de miles y miles de hinchas en la autopista y en la puerta del predio de la AFA. Tras unas horas de celebración, Messi abordó un vuelo privado y se dirigió a su Rosario natal.
Alrededor de las dos de la tarde, Lionel aterrizó en su ciudad y en la pista misma lo esperaba su esposa. Anto salió corriendo y saltó encima de su marido para fundirse en un abrazo interminable, lleno de emoción y amor. Así se pudo ver una imagen maravillosa de besos, sonrisas y felicidad.