Sorprendió. Nadie lo veía venir, pero sucedió. Marcelo Tinelli causó asombro con su viraje radical en el plano profesional, tras abandonar eltrece, luego de casi dos décadas de trabajo en esa señal, para asumir una aventura compleja en América.
El conductor más famoso de la televisión argentina desembarcó en el canal de Palermo con múltiples desafíos, en primera instancia para asumir el cargo de director artístico de la programación, un rol distinto al habitual y en el que se siente muy motivado.
Además, otra de las rutas secundarias de su aterrizaje al Grupo América se vincula con el retorno de su clásico, de su formato predilecto, ese que lo terminó de catapultar a lo más alto del prestigio y sobre todo a cosechar mediciones récords de rating: el Bailando por un sueño.
El certamen no se lleva a cabo hace un par de años, por eso se creía que no regresaría. Empero, Marcelo volvió a apostar todas sus fichas y principalmente una enorme montaña de presupuesto para diagramar la reunión de famosos en la pista.
De ese modo, ahora se aguarda el estreno de esta temporada, que se fue diluyendo y retrasando por diversos motivos, aunque ya está encaminada la puesta a punto del estudio, de dimensiones generosas, así como se confirmaron todas las parejas que formarán parte.
En todo ese nuevo escenario, Marcelo ya se siente como pez en el agua por los pasillos de América, los que recorre cotidianamente e incluso se acerca a los estudios para visitar a cada uno de los ciclos que configuran la programación, que experimenta mediciones ascendentes en este año.
Tan a gusto se siente Tinelli que acaba de abrir las puertas a la intimidad de su oficina, donde piensa ideas y nuevos proyectos para la señal. A través de su cuenta de Instagram, el célebre conductor exhibió un rincón de su espacio de trabajo y sorprendió con un detalle.
Marcelo transmitió las sensaciones agradables de la puesta en condiciones del ambiente y expresó en su plataforma digital: “Amo que me hayan armado ya la repisa de mi oficina en América. Quedó divina”. En la foto se pueden dilucidar la enorme cantidad de premios Martín Fierro, que sobrepasan los treinta y que le provocan orgullo, hasta el punto de verlos todos los días en sus estantes.