Apenas se corrió el telón del estreno de Corte y Confección, edición famosos, ya surgieron momentos emotivos. En la mismísima presentación de María Fernanda Callejón se produjo un episodio muy conmovedor, a partir de una historia muy íntima de la actriz con las tijeras y los botones.
Andrea Politti inició el reality con el recibimiento de cada participante, que son doce, con una breve introducción y algunas preguntas para entrar en calor. En ese interín, Callejón sintió una movilización en su interior, en sus entrañas y se emocionó notablemente.
Claro, María Fernanda posee un lazo profundo con el universo de esta profesión de las modistas, dado que su mamá desarrolló el oficio, una labor que en otras décadas arrastraba una connotación disímil a la actual. Por eso, la cordobesa abrió su corazón.
Voy a decir una frase que me costaba mucho de chica: soy hija de una modista. Me emocionó mucho porque me crié debajo de una máquina de coser", develó Callejón.
“Voy a decir una frase que me costaba mucho de chica: soy hija de una modista. Ya arrancó llorando, me emocionó mucho porque me crié debajo de una máquina de coser y tejer”, expresó Callejón.
En la continuidad de ese trance tan conmovedor, María Fernanda profundizó: “Me moviliza mucho la historia de mi madre, comí hasta los 14 años de esa profesión que amo”. Un apartado de su vida que no se conocía en demasía.
Callejón anunció que esta participación en el reality también acarrea un significado enorme para ella y por eso contó: “Hoy de alguna manera humildemente quiero reivindicar a mi mamá, a la modista, porque es un arte maravilloso. Ojalá pueda ser el 1 por ciento que fue mi mamá. La quiero homenajear a ella”.
Como si fuese poco, la actriz se llevó una foto de su progenitora, que la instaló en su mesa de trabajo. Una vez instalada, Fernanda le habló a la imagen: “Vamos gringa, mi vieja tana”. ¿Le traerá suerte?
